Emiliano García-Page y Susana Díaz han despedido el año a su modo. Uno desde la posición institucional de presidente de Castilla-La Mancha, la otra desde la oposición a la que le mandaron los andaluces. Paradójicamente, el primero sigue defendiendo sus posturas clásicas, mientras que la segunda, fuera del poder, hace crítica del trifachito andaluz y alaba la gestión del presidente  Pedro Sánchez. ¿Quién la ha visto y quién la ve?, dirán muchas personas pero así es la realidad y el camino que han decidido tomar cada cual. La clase política, en general, es así, cuando la materialidad se lo permite hacen fe de los principios y cuando no se lo permite rebajan la publicidad de la fe.

García Page en defensa de la unidad de España.

“El presidente García-Page aboga por la unidad del país y pide realizar un esfuerzo colectivo frente al virus y por el crecimiento en igualdad” es el titular de la nota de prensa del ejecutivo manchego. Un titular que es claro frente a las derivas separatistas que ha venido criticando (incluyendo los indultos posibles) y frente al cantonalismo de la pobreza que defiende el PP. Tiene para todos en esta despedida del año. “Un pueblo se reconoce a sí mismo cuando celebra algo importante pero también cuando sufre al mismo tiempo. Y yo he visto que en España hemos sufrido en conjunto”, ha resaltado Page, al tiempo que ha defendido que la solución “nos tiene que venir a todos, no puede ir por partes, porque todos formamos parte de un gran pueblo”. Ni separatismos, ni ayusadas en la práctica política y más pensar en el conjunto de la nación: “Levantar fronteras entre autonomías y regiones nos hace pequeños, y quien ataca el sentimiento común, en el fondo le está dando una patada muy seria al sentido común que tenemos que tener como pueblo avanzado, moderno, y con capacidad económica”.

El presidente regional ha definido el año que termina como un periodo “en el que nos hemos sometido a un desafío verdaderamente tremendo, sin antecedentes, donde hemos ido aprendiendo sobre la marcha”, pero también ha querido significar 2020 como un año de lecciones “que nos van a hacer más fuertes como pueblo”. En este año “duro y espero que muy excepcional”, y con tantos momentos para el olvido -ha proseguido García-Page- es necesario recordar “la fuerza de las familias, del entorno y de la vecindad” que han hecho más llevaderos unos meses muy complejos para el conjunto del país. Del mismo modo, el presidente regional ha incidido en la necesidad de no olvidar “el sufrimiento de la gente o a aquellos que se nos han ido”, especialmente ahora que la vacuna contra la Covid es una realidad. Asimismo, ha puesto en valor la decisión “histórica” adoptada por la Unión Europea, “que en los próximos cinco años va a movilizar más recursos públicos que nunca, lo cual se va a traducir en inversiones, empleo, apoyo a las empresas, a los autónomos y a los comerciantes”, así como en una “nueva expansión y una nueva época de nuestro turismo, pues somos una gran potencia”, ha considerado García-Page.

Díaz contra el trifachito andaluz.

Por su parte la socialista andaluza, mal que les pese a algunas personas, ha mandado una carta a la militancia como jefa de la oposición –casi se podría como única oposición porque entre trotskos, podemitas y posmodernos peleados no queda mucho más-. “Quiero, en este sentido, reconocer el esfuerzo que están haciendo autónomos, hosteleros, comerciantes y pequeños empresarios, con mucha inseguridad y sin el apoyo necesario por parte del gobierno de Moreno Bonilla. Desde el Partido Socialista les apoyamos y nos comprometemos a seguir reclamando ayudas directas al Gobierno andaluz para aliviar su situación y para impedir que tengan que cerrar sus negocios”. Andalucía ha podido comprobar lo que supone que les gobierne una banda de mentirosos y aprovechados como los que gobiernan ahora: “los andaluces y andaluzas han podido comparar lo que era tener un gobierno socialista en la Junta, comprometido con el bienestar y el progreso de todos y con la defensa de Andalucía, frente al destrozo social y económico que están haciendo ahora las derechas”.

Ha tenido palabras de preocupación por todas las personas que ya no están o aquellas que vienen sufriendo, algo que con Moreno Bonilla es una penitencia anual, y ha lanzado un mensaje de esperanza a los andaluces y andaluzas: “El PSOE andaluz seguirá estando a la altura, apoyando a quienes más lo necesitan, reivindicando políticas de progreso en Andalucía y siendo la voz de miles de andaluces y andaluzas”. Es por ello que ha deseado un 2021 “en el que recuperemos nuestras economías familiares y empresariales. Un año con salud, con más y mejor empleo, y oportunidades para todos”.

Remata su carta con un encendido elogio, como se dijo antes, al presidente del Gobierno –igual para que no le muevan la silla-: “La esperanza que nos trajo el pasado fin de semana la vacuna que nos debe devolver a la ansiada normalidad, gracias a la ciencia, al sistema sanitario público y a una acción ejemplar por parte del gobierno de Pedro Sánchez, que no ha dejado a nadie en el camino en esta dura crisis, y de cuya gestión en esta pandemia los y las socialistas andaluces nos sentimos enormemente  orgullosos”. Ni una sola mención a los separatistas, los indultos o los cambalaches que en su momento fueron líneas rojas que ella misma defendió. ¡Cómo cambian las tornas!

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