Tras la increíble metedura de pata del sanchista y candidato a la secretaría general del PSOE de Madrid, Juan Manuel Franco, quien dijo que Madrid sería una nación en la España plurinacional de Pedro Sánchez, el PSOE ha decidido que igual es necesario abrir un debate interno para definir realmente qué es eso. Como desvela El País, la polémica que está surgiendo necesita del debate para “desarrollar la formulación que se ha hecho”.

Las críticas vertidas hacia los militantes y la dirigencia andaluza, incluso en tono chulesco la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, que afirmó que las resoluciones se acatan y ya está, quedan como meras amenazas de una lucha por el poder. Lo plurinacional no lo entiende nadie en el PSOE, salvo José Antonio Pérez Tapias, padre de la idea, y cuya conceptualización contiene numerosos errores de concepto y de principios.

Pedro Sánchez y sus corifeos se han apropiado de un término para querer dar solución a los problemas de autogobierno en España, pero ahora no saben ni cómo utilizarlo. Desde estas mismas página hemos intentado dar algo de luz al problema planteado, aún a sabiendas que en el PSOE de Sánchez no se iba a leer (también tienen a sus personas non gratas), pero al menos intentábamos situar el debate en su posición de inicio y aportar cierta luz al proyecto. Algo que, por lo visto, no han hecho desde el sanchismo. Afirmaciones como las de Lastra, comparando España con Bolivia (que en nada se asemejan), de José Luis Ábalos u Oscar Puente hablando de Alemania, dan a entender que en el PSOE su élite dirigente o bien no se han preocupado por analizar el fenómeno, o bien han caído presos de la trampa del eslogan y el pensamiento banal.

A tenor de esta vuelta atrás del sanchismo dirigente parece que eso de lo plurinacional era más bien un eslogan y una etiqueta utilizada para advertir que ellos y ellas sí tenían una solución al dilema español. Nada más. Porque si ahora tienen que abrir un debate para “desarrollar” lo propuesto, es que antes no tenían nada. “España plurinacional y federalismo” suena bien, pero cuando eso se tiene que bajar a la tierra de los hechos ¿qué pasa? Que el PSOE no sabe/no contesta. Quedan expuestos a la mofa y befa del respetable por su indefinición y su falta de conocimientos. Porque esto último queda patente. Saben mucho de poder interno y de batallas que no sirven para ganar una guerra, sin embargo, afrontar las grandes cuestiones les cuesta por falta de formación, amplitud de miras, conocimiento del socialismo y haber leído algo más que una novela de vez en cuando. Incluso la utilización del sentido común hubiese estado bien.

El, nuevamente, “desaparecido” secretario general debía haber explicado, al menos a esas bases que dice representar y que le llevaron al poder, esa propuesta. Nadie imagina a Felipe González, José Luis Rodríguez o, incluso, Alfredo Pérez Rubalcaba afirmando que España es plurinacional pero sin explicarlo.  Aunque en su defecto salga Alfonso Rodríguez Gómez de Celis a decir que lo plurinacional es el PSOE o, parafraseándole, que no se es socialista si no se defiende lo plurinacional. Si hubiese dicho eso de la lucha de clases sí que hubiese sido socialista, lo plurinacional en el PSOE hasta el momento no se sabe bien qué es.

Hasta el momento, por lo que han dicho las cabezas pensantes del “nuevo PSOE”, los madrileños son nación, son grupo étnico, son los aymaras patrios y parecidos a los bávaros. Claro, que luego en las redes sociales lo defienden a capa y espada las hordas sanchistas y causa más daño al partido. No saben lo que significa pero se ha aprobado en unas resoluciones y eso les molesta a Susana Díaz y a Emiliano García Page, el necesario cóctel para lanzarse a una campaña mediática.

En el PSOE, al menos sobre el papel, hay gente con formación universitaria, sindical y con experiencia suficiente como para saber que antes que el concepto existe el análisis y la investigación. Antes de hablar de la España plurinacional, tendrían que haber estudiado qué es lo que pasa en cada región, cuáles son sus demandas, qué sienten y piensan, para poder determinar cuál es el problema y las posibilidades que existen para atajarlo. Siendo mínimamente socialistas, de formación, se sabe que esa es una de las máximas del socialismo científico. Pero parece que esta nueva Ejecutiva se siente más cómoda en el socialismo utópico de las comunas y los falansterios. Esas cosas que les daban para sentirse “super-mega-socialistas” en la Fundación Jaime Vera.

De la realidad social a la propuesta. Todo lo demás es intentar encajar con fórceps lo que uno piensa en la realidad de los demás. Voluntarismo e idealismo a partes iguales es lo que existe en la dirigencia del PSOE actual. Pero idealismo de aquel que piensa en su casa sin analizar el exterior. No hay propuesta utópica partiendo de la realidad, sino algo así como “esta es mi idea que he pensado yo y os tiene que gustar porque sí”. Incluso la Teoría del Flogisto tenía más ciencia.

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