El club de la Comedia es un programa que pretende ser de humor mediante el uso de los monólogos. Realmente en pocas ocasiones lo consigue pues se acaba recurriendo a tópicos típicos y a un humor chabacano. Algo así le ocurre al PP de Pablo Casado, que busca el impacto mediático mediante la frase grandilocuente, exagerada o ignorante, y lo que consigue es la risa fácil, mucho más de lo que lo consiguen los humoristas del programa citado. El problema es que el PP es un partido político que, supuestamente, debería encargarse de solucionar problemas generales a las personas, pero si se dedica a la comedia lo que deviene es más bien una tragedia. Si los partidos supuestamente serios se dedican a la chanza y a la exageración extremista, la puerta hacia el fascismo se abre de par en par porque se naturalizan sus discursos. ¿Le importa esto a Casado? No. Básicamente porque ni se ha parado a pensar en ello, ni tiene capacidad para valorarlo.

En las últimas semanas hemos venido recogiendo las boutades del presidente del PP. En 100 días de mandato partidista ha conseguido ser el centro de atención, no tanto por su máster regalado (como reconoció el Tribunal Supremo), como por su ignorancia y su incontinencia verbal. Le da igual poner el sistema en solfa. Como buen aznarista, piensa que se puede lanzar a decir lo que le venga en gana para intentar vencer en las elecciones, sin pararse a valorar que el sistema de partidos actual está compuesto por cuatro partidos (no dos como a finales del siglo XX) y lo que él dañe al gobierno igual no lo gana. En términos que puedan ser comprendidos por la actual ejecutiva del PP, son tontos hasta para esto, para llenar la saca de votos de los demás. Tampoco valoran que tanto extremismo y exageración sin relación a lo que acontece día a día, genera insatisfacción con el sistema, el cual puede quebrar por su culpa. No es que deban ser moderados, sino que deben actuar contra las políticas del sistema, no contra el propio sistema como están haciendo ahora mismo. Casado, desde luego, piensa que lo que hace es salvar el sistema de la mala gestión del PSOE. Su ignorancia política, que es verdaderamente preocupante por lo que puede suponer a futuros, no le permite discernir que más bien introduce ruido sistémico que podría ser aprovechado por fascistas o extremistas de otro tipo. Y ese día a él le colgarían del cuello igual que a los demás.

Lo que más sorprende, ya fuera de los contornos del peligro sistémico, es la ignorancia, la carencia completa de cultura, la soberbia de los mensajes y la falta de vergüenza. No se deben escuchar cuando hablan porque seguro se avergonzarían de lo dicho. Imaginamos a José Manuel García Margallo, hombre de cultura e inteligencia probada, ver a estas gentes que ahora gobiernan el PP y mirar al cielo buscando el consuelo en el Olimpo ante tamaña escasez de ideas y formación. No es que los políticos y políticas deban tener cátedras, pero un mínimo de cultura (adquirida como buenamente hayan podido) y sentido sí. Y más cuando pretenden gobernar. Pero el PP de Casado es un partido de ninis, ni idea, ni formación. Eso sí, son de lo más gracioso cuando hablan y meten la pata día tras otro. Debe ser que Casado ahora copia chistes de cassette, como plagió un capítulo que hizo para un libro. Pero esto lo calla y oculta.

Tras unas semanas donde Casado ha demostrado que de Historia sabe más bien nada, donde de Andalucía tampoco es que sepa mucho y además la insulta, donde llama golpista al presidente del gobierno y piensa que es el caballo de Troya en la fortaleza del Estado de derecho (sin haberse dado cuenta que en la Historia de la Ilíada, no son los troyanos sino los aqueos los podríamos calificar de buenos como Aquiles, Ulises…), donde ha demostrado que es un antipatriota y un desleal por intentar hacer la cama al gobierno en la UE (sólo hay que ver la cara de escepticismo de Merkel para ver que ni caso le hicieron), justo después de eso va y nos deja una perla como la siguiente: “Si ser feminista es defender la igualdad de hombres y mujeres, soy feminista”. Justo después de querer derogar la ley del aborto lo dice. Tragicómico. Pero mejor fue lo que le sucedió en La Sexta donde le preguntaron cómo calificaría a Vox y respondió que él no define “al resto de partidos”, para justo segundos después decir que Podemos es populista. O bien es cortito, o no sabe lo que es definir.

No son las únicas boutades del presidente del PP. También estos días ha dicho “el PP dejó las cuentas saneadas” justo cuando se conocía que falseó las de 2017 dejando un déficit mayor; o “si no fuera por el PP, España no sería lo que venía siendo los últimos cinco siglos”, dando a entender que el PP existía incluso antes de la democracia, e incluso antes de la propia existencia de España. Risas, mofas y befas por las redes sociales adjudicando al PP, tras la metedura de pata, hasta la invención de la imprenta. Lástima que si hubiese estado Casado habría comulgado más con Torquemada que con Descartes. Pero ante cualquier problema nada mejor que un “¡viva el rey!” como fórmula intelectual de defensa del sistema. Lo dicho. Un presidente del principal partido de la oposición que muestra cada día la flojera de su mollera. Una demostración de que estamos ante unos políticos que dan miedo de lo poca cosa que son, de lo poco que harían en la vida real con ese conocimiento y capacidad.

El escudero de Casado, Teodoro García-Egea, más conocido como el “lanza aceitunas”, tampoco le va a la zaga a su jefe de filas. Contra Pedro Sánchez ha dicho que es el “cooperador necesario del golpe de Estado”, ese mismo que sólo ven en el PP. Tanto como para que Rivera ya ni se hable con ellos. Pero eso, al fin y al cabo es una lindeza política, peor es que cuando le dicen que son extremistas, suelte que es “extremista de querer a sus pueblos”. Pues debe ser para saquearlos como demuestran las grabaciones de Villarejo con el marido de Cospedal, o los casos de corrupción que han salido, o en Murcia la desaladora de Escombreras que le dieron a Florentino Pérez y va a costar a los españoles 570 millones de euros. No es la única chorrada que ha salido por su boca, ante una pregunta por su supuesto carácter autoritario, García-Egea respondió: “Yo no soy autoritario, soy de Murcia”. Como si las gentes de Murcia tuviesen mala leche, o fuesen autoritarias. Y cómo no recordar aquello de que la Junta de Andalucía “gastaba más en prostitutas que en Educación”. Justo el secretario general del partido de los “volquetes de putas” o que les han pillado gastando más de 100.000 euros en prostitución.

No son los únicos, Juan Manuel Moreno Bonilla, que se equivoca en los vídeos de campaña que hace y presenta su propia defenestración, ha querido sumarse a las gracias y ha expresado que Susana Díaz ha pasado de “leona, a corderito como el de Mimosín, suavito”. Habría que recordarle a Moreno Bonilla que el corderito era de otra marca comercial para lavar las ropas de lana, y el de la marca citada era (y es) un oso. No se entera el pobre hombre y mete la pata constantemente. Sabe que le quedan dos días y está probando para ver si tiene futuro como cómico en Canal Sur. Pero confundiendo los corderos con los osos ni para eso. Igual para hacer espetos en la playa llega. También Isabel Díaz-Ayuso, gran amiga y comunicadora oficial del PP, ha tenido sus gracias y sus extremos. Pide en las últimas horas que se denuncie el golpe de Estado que se está cometiendo ahora mismo en España, aunque no indica dónde está la represión, tal vez porque no la hay. Aunque como ha dicho, otro, Javier Maroto no hace falta usar tanques, pero algo de violencia, así sea, de manera simbólica debería estar percibiendo la ciudadanía. Los juntas a todos y todas y no dan un cerebro para terminar Políticas. No sólo se ha quedado Díaz-Ayuso en los golpes de Estado invisibles (por cierto, de eso sabía mucho Federico Jiménez Losantos), sino que quiere acabar con los madrileños y madrileñas mediante la ingesta de gases tóxicos, eso sí, defendiendo la libertad de ella a ir en coche donde quiera. Pero lo mejor son sus constantes meteduras de pata cuando habla de la tesis del presidente Sánchez. Desde que no estaba en Teseo hasta hacer una nueva interpretación constitucional del derecho a la libertad de cátedra. Lo dicho, prestos para sacar unas risas al pueblo español. Lo malo, como se dijo anteriormente, es que estas gentes gobiernan algunas instituciones y pretenden gobernar la máxima. Más que risas provocan estupor.

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