Si pudiesen volverían al siglo XIX pero eso de que haya autopistas, trenes y demás avances “tecnológicos” igual no cuadraría con sus intenciones. Pero 1950, justo antes del desarrollismo, donde el señorito sometía a libre voluntad al aparcero, al “limpia” de la calle Sierpes y al pescador malacitano o gaditano sí que es lo que desearían. Más allá de la destrucción de la sanidad pública para dejarla en manos de lo privado; más allá de la destrucción de la educación pública para dejarla en manos de la iglesias o las empresas de algún consejero; más allá de destruir lo público hay una intención de forjar una ideología del sometimiento del pueblo andaluz a los deseos e intereses de los nuevos señoritos que ocupan San Telmo.

Juan Manuel Moreno Bonilla no ha podido encontrar mejor aliado que el portavoz de Vox Francisco Serrano para consumar la gran obra de imponer a las andaluzas y andaluces una ideología propia, que destierre el socialismo andalucista de andar por casa de sus sucesores, y vuelva a poner bajo su bota a la ciudadanía. ¿Cómo hacerlo? Gracias a los aparatos ideológicos de Estado. En la educación ya están metiendo todas las patrañas que desean en Vox para acabar con el nefasto feminismo y esas suposiciones de la igualdad no sólo de sexos sino de las personas. En Andalucía la unión de PP y Vox supone volver a que los que tienen el dinero campeen a sus anchas por donde quieran. Lo de la epidemia de Magrudis, que tan bien ha contado Natalio Blanco en Diario 16, no es más que el hecho en sí de la ideología que quieren imponer vía escuela, privada o concertada a ser posible.

Como muchos medios viven de la publicidad de la Junta pues callarán para crear ese caldo de cultivo de cambio ideológico para que el pueblo andaluz sea explotado y que no se le ocurra levantar la cabeza. Nada de idiomas en el colegio, deporte que fortalece el cuerpo para ser buen camarero o peón; nada de música o filosofía que da por ser creativo y pensar, a estudiar la caza y los toros. Pero no porque la actividad cinegética pueda ser utilizada como oportunidad empresarial, sino para que conozcan bien lo que tienen que hacer cuando vayan con el señorito a cazar. Que sepan identificar bien las piezas, no vaya a ser que cacen conejo y no liebre. Recortes en educación, quitar cualquier atisbo de cultura política o visión de la realidad de las aulas para instruirlos en ser esclavos de los poderosos. No quieren que las chicas sean algo más que madres, con algún trabajo referido a los cuidados porque los sueldos no serán altos. Ni quieren que los chicos aspiren a algo más que peón o mecánico. Sólo la descendencia de los ricos estudiará libremente hasta llegar a la Universidad. “¡Eso de la igualdad de oportunidades es de rojos!” les falta decir.

La Andalucía de Moreno Bonilla y su asociado Serrano no puede avanzar más. Debe permanecer estancada y domeñada para el disfrute de los turistas y la clase dominante. Al menos, según van aplicando políticas es lo que dejan entrever desde la presidencia de la Junta. Comparado con los recortes de Susana Díaz de los que tanto se quejaban, va a parecer una dadivosa y una populista. Eso sí, la fiesta del langostino, donde casi se fundieron todo el presupuesto para comidas de la institución que no falte. Como buenos señoritos y mandamases eso es lo mínimo que exigen para sus estómagos. Mucho comer hamburguesas en campaña pero a la hora de la verdad el gañote a cuenta de los dineros públicos es de máxima calidad. Y como Juan Marín, tras legalizarse su chalet ya no tiene nada más que hacer, pues a hacer como las marionetas de los ventrílocuos, a mover la boca pero que hable su Juanma por él. Volver al pasado, pero con móvil de 1.500 euros, casa pagada y dietas de todo tipo, es lo que desean PP y Vox y para ello están utilizando los aparatos a su alcance para hacerlo. Esto no lo verán en Canal Sur… por ese motivo.

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