La titular del Juzgado de Instrucción 1 de Huelva ha cerrado la investigación sobre el presunto soborno a concejales de Sí se Puede Aljaraque para frustrar la moción de censura contra la alcaldesa socialista, Yolanda Rubio, y ha ordenado incoar el procedimiento del tribunal del jurado. Entre los investigados está Ignacio Caraballo, secretario general del PSOE de Huelva, presidente de la Diputación y alcalde Chucena. No hace tanto decía que quería acudir a explicarse al juzgado, ahora podrá hacerlo ante un jurado popular que será el encargado de dictaminar si sobornó e hizo tráfico de influencias.

Fue un asesor de Aljarafe sí se puede el que denunció que  Pedro Escalante y Francisco Martín (de la formación morada) no cumplieron con la firma de la moción de censura que habían habilitado porque José Luis Rodríguez de CCOO habría ofrecido a Martín un puesto de trabajo para su mujer en la empresa Aguas de Huelva, mientras que su compañero entró en el gobierno del municipio al frente de una concejalía. Al parecer Caraballo fue el que autorizó la gestión del trabajo de la pareja de Martín en Aguas de Huelva.

Un nuevo problema para la presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE. Uno de sus fieles, muy vinculado a Mario Jiménez, tendrá que comparecer en un juicio como pasó con los EREs. Susana Díaz, que en esto tiene poco o nada que ver pues las cosas del partido las llevan Jiménez y Juan Cornejo, podría retrasar o aplazar sus intenciones electorales. Y ahora sí vincularlas a las elecciones generales tal y como quería Pedro Sánchez. Un nuevo caso de corrupción que ataca al PSOE en la línea de flotación y con uno de sus esbirros provinciales señalado. Algo que desde la oposición no se va a dejar de mover y que no sólo es investigación sino apertura de juicio, lo que conlleva según el reglamento del PSOE la dimisión inmediata de todos sus cargos. Y quién sabe si la expulsión de Caraballo como se ha hecho en otras ocasiones como el alcalde de Linares.

Dilema electoral que se suma a una mala encuesta que El Español publicó hace unos días y, aunque ganaría el PSOE, lo haría de forma muy precaria y con una derecha andaluza que se acercaría a la mayoría necesaria para desbancar al PSOE por primera vez en su historia del poder. Tampoco son buenos para el PSOE los datos de Adelante Andalucía que sube bastante, empatando en la segunda posición con PP y Cs. Una disputa que podría declinarse en favor de la formación de izquierdas, como ya avisábamos hace algún tiempo. Si no sumasen las derechas, Díaz tiene medio acordado el pacto con Ciudadanos, pero una fuerte subida de la formación de izquierdas, como segunda fuerza política aunque fuese por poco, podría dañar el planteamiento de San Telmo.

Si hace un tiempo ya advirtió a Pedro Sánchez que quería unas elecciones andaluzas con sabor andaluz, sin interferencias de Ferraz/Moncloa, hoy podría querer otra situación para frenar el impulso de Adelante Andalucía. Pero Sánchez igual querría otra fecha distinta a las que ha venido manejando Díaz. Noviembre está muy cerca para que la tesis no sea tema de la campaña electoral contra Sánchez y febrero sería la fecha elegida por Moncloa si no consiguen cerrar los presupuestos de 2019. Febrero sería muy lejos y dejar que pudiesen crecer el resto de oponentes, especialmente PP y Adelante Andalucía, para Susana Díaz. Un dilema que ser resolverá en breve porque en una o dos semanas se tendrían que convocar elecciones, si es que el tema de Caraballo no le importa.

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