Con elecciones a la vista en Cataluña, desde la Ejecutiva federal del PSOE han decidido que ya es tiempo de ponerse a trabajar en serio. Son conscientes de que el problema catalán tapa muchas otras cuestiones a nivel estatal, pero no pueden esperar a hacer política. Entienden que hay un país que está esperando una respuesta contundente contra el PP. No es sólo todos los casos de corrupción que se van conociendo, sino también una parálisis adrede de las políticas públicas. Elevar el austericidio a rango de política del día a día es lo que vienen a denunciar desde el PSOE.

Pedro Sánchez, como ya se dijo en estas mismas páginas, había mantenido un perfil bajo por el problema catalán y porque el PSOE estaba aún en su recomposición interna (que no lo ha sido tanto). Pero una vez que lo catalán se sitúa a medio plazo con las elecciones, Sánchez ha comenzado a dejarse ver más y a exponer más las políticas públicas que quiere desarrollar el PSOE. Y ante ataques, poco fundados y desesperados de otras formaciones de izquierdas, ha sacado la campaña #loqueocultanPPyCs.

El engaño que ha resultado del pacto de Gobierno entre PP y Ciudadanos (conservadores y liberales) es lo que quieren demostrar los socialistas. Desde agosto del año pasado, y como sucede en otros lares como la Comunidad de Madrid, Ciudadanos es tan sólo la muleta o la coletilla del PP para cualquier tipo de desarrollo legislativo. Eso sí, olvidando completamente su acuerdo de regeneración. “Son lo mismo” afirman los socialistas en su campaña. Y como se ha dicho desde estas páginas no les falta razón.

Se centran en el PSOE en ocho aspectos claves de políticas que prometieron y no han cumplido. El primer caso, y que sigue siendo sangrante a ojos de los observadores internacionales, es la eliminación del Impuesto al Sol, esto es, eliminar el impuesto que deben pagar aquellas personas que autogeneren energía por medios solares. No extraña pues ambos partidos tienen vínculos muy fuertes con las empresas energéticas y se pliegan a los deseos de los poderosos siempre. Y el lobby energético es posiblemente tan poderoso como la banca.

La lucha contra el blanqueo de dinero y crear una oficina en la Agencia Tributaria contra el fraude fiscal de las Grandes Fortunas es otro de los incumplimientos que destacan los socialistas. El tercero es el olvido del Pacto Nacional por la Conciliación Laboral y Racionalización de Horarios. Dijeron de todo en su momento, se hicieron fotos, salieron en los medios de comunicación amigos, y al final nada de nada.

La limitación del mandato presidencial a ocho años no parece que esté entre sus prioridades. Y más tras escuchar a Ignacio González decir que Rajoy es como Franco que quiere quedarse en el poder. Porque en materia de lucha contra la corrupción tampoco es que hayan destacado en el acuerdo. A día de hoy, nada han dicho de los sobresueldos del M. Rajoy. Ni han logrado que los imputados del PP dejen sus escaños, como sucede con la senadora Pilar Barreiro que ahí sigue pese a ser imputada por la Púnica y pronto por Pokemon.

Claro que también se han olvidado de la nueva financiación local (permiten y jalean la intervención de Montoro a Madrid), ni del nuevo Estatuto del Fiscal del Estado (les pone a ambos encerrar secesionistas), ni de las políticas de Sanidad, ni del Pacto contra la Pobreza Infantil, ni nada de nada. Son iguales dicen los socialistas (más para proteger la corrupción), y no han cumplido ni el 85% del pacto.

Comienza el PSOE a moverse para hacer oposición de verdad y llevar adelante sus propias propuestas como la financiación local, la renta mínima garantizada y los derechos sociales de la ciudadanía. Eso sí, sin olvidar Cataluña que se dejan en manos de la transversalidad del Iceta las elecciones, pero con la España plurinacional a la vista.

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