Pere Joan Pons, Begoña Tundidor y Perla Borao, junto a Enrique Gracia, portavoz de la OCU (a la izquierda)

El PSOE, a través del Grupo Parlamentario Socialista, registró una proposición no de ley (PNL) en el Congreso sobre el desarrollo de medidas para alertar a los consumidores de los efectos del uso y desecho inadecuado de las toallitas húmedas.

La iniciativa socialista —respaldada por la OCU— insta al Gobierno del Partido Popular, en colaboración con todas las Comunidades Autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), a desarrollar en 6 meses una campaña institucional destinada a alertar a los consumidores sobre las consecuencias medioambientales que provoca el uso inadecuado de las toallitas húmedas, haciendo especial hincapié en recomendar su uso ocasional y en que no deben arrojarse al inodoro, sino desecharse en la basura o en los contenedores de reciclaje para papel.

También se insta a obligar a las empresas fabricantes a que en el etiquetado de estos productos se advierta de forma destacada que no deben tirarse por el inodoro por el peligro de atasco en cañerías y depuradoras, además de prohibir la utilización de mensajes que induzcan al consumidor a considerar estos productos como sostenibles, biodegradables o similares al papel higiénico.

Por último, se propone establecer pruebas estandarizadas de disgregación y biodegradabilidad sobre las toallitas, tal y como las adquieren los consumidores.

El uso de las toallitas húmedas higiénicas está generando un grave problema medioambiental, debido a los atascos provocados tanto en los hogares como en las redes de saneamiento de muchas ciudades españolas, con los consecuentes perjuicios económicos, medioambientales y de salud pública. Según la Asociación Española de Abastecimientos de Aguas y Saneamiento (AEAS), este problema provoca pérdidas de 200 millones de euros al año en España.

Los socialistas consideran que este problema “debe ser evitado a través de una información veraz y de concienciar a los consumidores sobre las consecuencias de su mala utilización”, al tiempo que hay que verificar que su biodegradabilidad se adecúa a la información proporcionada en el etiquetado.

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