Que las casualidades en la vida suelen darse nadie lo niega. Quien más y quien menos ha vivido algún tipo de casualidad. En el mundo político, por mucho que haya algo aleatorio, suelen ser menos casualidades. Las venderán como tales, eso no lo duden, pero las casualidades en política no son como las presentan. No es casualidad que Ayuso convoque elecciones el día que lo hace cuando sabía que estaban valorando desde Ciudadanos una moción bastante tiempo antes, con el añadido de que el día electoral cae en laboral. Hasta la cuenta de los cincuenta y tantos días la tenían hecha de antes. Tampoco es casual que las órdenes de ciertos personajes del mundo empresarial de aliento a Ciudadanos desaparecieran justo cuando no quiso pactar con Sánchez un gobierno de 180 diputados. Por tanto ¿se puede pensar que es casual que los medios de izquierdas (la verdadera izquierda evidentemente) y los argumentos de los podemitas sean similares contra Ángel Gabilondo?

Va a ser mucha casualidad ¿no? Que Antonio Maestre, verdadero pope de la izquierda pura y de la sociología bourdieuana (aunque no sepa cuál es la definición de violencia simbólica del autor francés), diga que Gabilondo ha despertado y ha tenido un mal despertar, algo que transmiten todos los podemitas en redes sociales, es casualidad. Pura casualidad que ayer mientras escribía para su columna en La sexta (la cadena de la izquierda verdadera) otros podemitas estuviesen ideando memes y mensajes de similar factura. También casual es que el mismo argumento lo utilice David Torres en el diario Público, donde se cachondean de la edad y los conocimientos del candidato del PSOE. Un periódico que ha hecho recopilación de mensajes en twitter con los sospechosos habituales del mundo podemita como pueden ver aquí. La verdad es que todo es muy casual. Pero cuando la aleatoriedad es tan alta cabe sospechar, más de lo corriente además.

Pareciera, por incidir en otra vía de análisis, que igual alguien ha lanzado el argumento desde altas torres y todos han copiado el mismo mensaje y con la misma finalidad, desprestigiar a Gabilondo y aupar al “líder entregado a la causa” Pablo Iglesias. No es factible que haya sido el director de las redes Juan Manuel del Olmo quien haya hecho unas llamadas y haya mandado una serie de mensajes (los cuales se repiten en cuentas de esas anónimas) para que se repitan. ¡No! ¡Eso no es creíble! A nadie se le ocurriría hacer algo así, por lo que el mensaje del despertar de Gabilondo no es más que una casualidad, un fenómeno aleatorio de las redes sociales. Un fenómeno que, curiosamente, se produce de vez en cuando con distintos mensajes y con los mismos sospechosos habituales y contra casi las mismas personas. Igual se está ante una ley natural que nadie ha descubierto y que afecta tan sólo al mundo podemita.

Lo curioso es que nadie habla del contexto en el que Gabilondo ha trabajado, más allá de que sea más o menos parsimonioso. Se ha consultado al compañero Aparicio que se ha pateado durante años la Comunidad de Madrid para comprender un fenómeno que los “jefes del periodismo de izquierdas” parecen obviar, o directamente ocultar. Cualquier noticia que no sea de casos de corrupción o alguna salvajada machista de la Comunidad de Madrid es imposible de colocar en los puestos destacados de los medios. Algunos buenos periodistas han perdido la vista sacando noticias que nadie leía, ni lee. Es curioso que lo que pasa en la Comunidad de Madrid sólo interesa cuando mandan a los “periodistas estrella” a ver qué pasa. Plumillas como Platón, Ponce de León, Escalera, Borges, León, Fernández, Ronda, Sánchez, Bañuelos, Becares y tantos otros han servido para rellenar espacios en periódicos, televisiones o radios. En cuanto han descubierto algo sustancioso, se lo han arrebatado de las manos. Incluso en este periódico se sacó en primicia lo que pasaba en los hospitales madrileños con los fondos de inversión pero no fue noticia hasta que otros se hicieron eco de la noticia.

Esto, que pueden parecer batallitas del abuelo, es la realidad de la información de la Comunidad de Madrid. Gabilondo no es que sea la persona más noticiosa, pero tampoco que diga esto o aquello va a tener repercusión. ¿Cuántos de sus discursos durante seis años han sido utilizados por los grandes medios de comunicación? Ninguno. Hoy le dan cuartelillo porque hay elecciones y les interesa. Puede haber estado dormitando, pero cómo no hacerlo si nadie le hacía caso porque vende más cualquier salvajada como argumento. De hecho ¿cuántos de ustedes que viven en la Comunidad conocen lo que sucede en ella, lo que dicen sus políticos, lo que se ofrece o no se ofrece? Es más, pregunten a los podemitas que conocen si saben algo de la política madrileña respecto a lo que ha propuesto David Pérez en vivienda pública, por ejemplo. Y que a esta persona le hayan nombrado presidente de Metro igual es de nota. La política espectáculo llega hasta las capas más locales de la información tanto en los medios como en las preferencias de las personas.

Por cierto, me chiva Aparicio que Gabilondo es cualquier cosa menos un leibniziano como da a entender en su tuit Maestre. Que si es algo, será un idealista hegeliano o un rawlsiano. Y añade que los conocimientos de Wikipedia dan para lo que dan y que no puede mentir porque Gabilondo está siguiendo el espíritu universal no las apetencias de según quien.

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