Que no vuelvan y se queden en Oporto. Tras arrastrar miserablemente la zamarra rojiblanca (hoy, por aquello de Nike, naranja) por el campo de juego, todo el equipo del Atlético de Madrid no debería volver a pisar Madrid si tienen algo de vergüenza. Honor a los desplazados a tierras portuguesas porque ellos sí representan lo que significa ser del Atlético de Madrid: no rendirse, ni bajar los brazos frente a las adversidades. Se puede ganar o perder, es deporte y puedes enfrentar a un equipo mejor o tener mala suerte. Lo que no se puede nunca es arrastrarse por el campo de juego.

No se salva ninguno. Desde el entrenador hasta el último jugador, todos han tenido culpa en lo que ha pasado. El entrenador por marear a los jugadores con cambios de sistema cada partido y, esto es más importante, no tener valentía suficiente para meter en vereda a jugadores que partido tras partido se pasean por el terreno de juego. Luego tienen un destello un día y se justifican para tocarse las partes pudendas el resto de partidos. Sin garra y sin calidad, algunos, suficiente para vestir las rayas canallas. Y no es por este partido solamente, sino por muchos durante la temporada, especialmente en Champions.

Quedar eliminado de cualquier competición europea es un fracaso, sí. Lo es porque durante diez años se ha acostumbrado a la afición rojiblanca a ello. Pero es fútbol y se puede dar el caso… salvo que tengas menos actitud que los demás equipos. Entonces no es un fracaso es una vergüenza. Aquí mismo se advirtió tras el sorteo que no era tan sencillo pasar si, y este condicional es importante, no había actitud en todos los enfrentamientos pues se enfrentaban, como así ha sucedido, a equipos que te la podían liar en cualquier despiste. Y toda la Champions ha sido un despiste descomunal. Porque se puede tener menos calidad, pero no menos actitud que el contrincante.

Mientras los panenkitas babeaban con unos octavos contra “¡vaya usted a saber!” que equipo al que se ganaría y se pasaría a cuartos, el resto cayó en una ilusión nada acorde con lo demostrado por el equipo desde que comenzó la temporada. Desde el principio tanto el entrenador con sistemas equivocados, cambios extraños y una especie de dejadez porque le fichan lo que le fichan, como los jugadores han dado pena. Más estos últimos que son los que acaban jugando y, se supone, que tienen la calidad necesaria para ganar a los contrincantes a poco que le pongan empeño. Pues empeño no le han puesto la mayoría y muchos otros carecen de calidad.

Los jugadores han venido viviendo muy cómodos porque todo el foco se ha centrado en la prensa nacionalmadridista en cesar al Cholo Simeone. Todo era culpa del Cholo y a él le han caído todos los palos mientras se decía que la plantilla tenía calidad a raudales. En algún caso esa calidad sí se muestra con sus selecciones nacionales, en otros casos ni eso, por no hablar de los permanentemente lesionados. Miguel Ángel Gil, el máximo culpable, tiene muy bien arengada a la mayoría de la prensa rojiblanca y desvían la atención. Era más importante criticar al entrenador por no poner a João Félix, que ver que en realidad “el senderista” carece de actitud para jugar al fútbol de alto nivel. Y sobre la calidad de la que tanto se habla ¿dónde está?

Lo mejor que se queden todos en Oporto un tiempo para purgar sus pecados y ya a la vuelta, además de dejarse el alma en los partidos que quedan y que el entrenador mande a la grada a aquel que se pasea, se llame como se llame, vayan pensado a qué equipo quieren ser traspasados cuanto antes. Más vale ir campeando la temporada con cuatro chavales del filial y aquellos que quieran dejarse todo en el campo, que aguantar un minuto más a esta gente que carece de actitud. Si el Atleti es diferente a los demás equipos no es por sus victorias, eso es demasiado materialista, ni por ser el Pupas con un halo de romanticismo (con lo que ha ganado y lo que ha competido hay que recordar lo que decía Luis Aragonés “Y los demás ¿qué son? ¿el Costras?”), lo es porque no se rinde a pesar de lo que depare el resultado final.

Ha tenido peores plantillas, supuestamente, el Atlético de Madrid. De hecho cabe recordar muchas tras el doblete y la época del Cholo. Pero ni por asomo tenían tan poca actitud como la que vienen demostrando estos jugadores las dos últimas temporadas. Parece que sólo responden al palo (de Gil) y no a la zanahoria del éxito deportivo en el equipo que les paga. Porque en sus selecciones bien que rinden algunos (no Félix tampoco). Que se queden en Oporto y dejen de engañar a los aficionados del Atleti.

Post Scriptum. Esta vez no va a valer con un par de partidos buenos y eso que en el Atleti se pasa del amor al odio en un instante. Sin actitud la que viene puede ser de traca muy caliente.

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