José Antonio Griñán, dicen sus amigos y conocidos, es un hombre bueno. Una persona que jamás se metería un euro en el bolsillo que no sea suyo. Muy bien. ¡Qué alegría para sus amigos conocerle y frecuentarle! El problema es que ser buena persona no exime de ser un completo incompetente por cuya culpa se ha perdido una buena cantidad de euros. No los 700 que dicen los cavernarios que no han leído la sentencia, pero unas decenas de ellos sí. De hecho si hubiese sido un solo euro el choriceado, la culpa es similar (aunque la gradación penal sea diferente).

Ahora le quieren indultar esos amigos y unos cuantos militantes del PSOE. Hasta 4.000 personas que están en su derecho de solicitar el indulto. Tendrán una concepción ética distinta a la mayoría de españoles. Unos españoles cansados de que PSOE o PP, CiU o ERC…, estén implicados en casos de corrupción, sean malversación o prevaricación, y aquí no pase nada. Un señor que estaba al borde de la muerte lleva tres años de viajes y cenas porque fue ministro del PP (Zaplana). Los familiares de tantos cargos pierden su filiación en cuanto llegan a los juzgados (especialmente los familiares del PP). Y, casi peor, miles de políticos derrochando dinero público con el único ánimo de salir reelegidos y/o conseguir números para un presidente de Diputación, de Comunidad o del Gobierno.

En el caso de Griñán y los demás condenados se juntan dos motivos de los que hastían a las personas: mirar para otro lado en casos sospechosos y gastar el dinero de todos con el único fin de asegurarse la reelección. Que Griñán no se ha llevado dinero ha quedado claro en las distintas sentencias, pero ha sido, perdón por la palabra, tan gilipollas que ha permitido que lo choriceen porque le venía bien al PSOE-A y a él particularmente. Le avisaron de los errores (está probado en las comunicaciones oficiales) y él se abstuvo de intervenir. No tuvo el celo de verificar si se estaba haciendo bien o mal. Ya sólo por esto, por el gasto que ha supuesto para el bolsillo de los españoles, debe pasarse un tiempo en prisión. De hecho deberían pasar por allí muchísimos más que derrochan a espuertas o se lo dan a los amigos.

El cumplimiento de la Ley debería ser igual para todo el mundo. El problema es que la clase política se protege (¿han visto cómo piden el indulto políticos del PP?) y se indulta, cuando no ha habido trinque personal. Saben que si se abre la puerta de las prisiones son centenares los que acabarían encerrados una temporada. Rápido se piden indultos sin pensar en todo el daño causado a los españoles que pagan de su esfuerzo ese dinero desviado o malgastado. O piensan como la ex-ministra que el dinero no es de nadie y nace de los árboles. Si es así indiquen dónde están esos árboles. Más que nada por verlos y ver si dan frutos.

El presidente del Gobierno debería abstenerse en todo momento en conceder el indulto. Por la edad que tiene existe la posibilidad de no entrar en prisión a poco que tenga algún problema de salud menor. No siendo así, se siente y para el trullo. El presidente se arriesga no sólo a que todos los medios de derechas, haciendo de la hipocresía virtud, le señalen, subido o no al Falcon, sino a que no le vote nadie. Ya está apurado en lo que respecta al voto y esto lo empeoraría. Además, ¿se es injusto por no indultarle? No. De hecho éticamente el comportamiento no ha sido correcto.

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