El día de ayer será recordado por Albert Rivera por muchos años. Se produjo la auténtica demostración de que no dice la verdad y de que comienza a reconocer que sí ha pactado con la ultraderecha de Vox. Un todo en uno que no hace más que dar aliento al establishment para que le acaben sustituyendo (algunos desean que por Garicano, otros por Arrimadas), algo que venimos contando desde hace meses en este medio. El narcisismo y la egolatría del dirigente de Ciudadanos ya ha hecho comenzar a correr libremente los rumores de recambio en los mentideros madrileños y el interfecto parece no haberse dado cuenta a tenor de sus declaraciones.

Comenzó la mañana afirmando que el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, le había felicitado por sus pactos con la ultraderecha y el PP, en clara contraofensiva a las palabras de Manuel Valls que le acusó el día anterior de ensuciarse hasta el alma por ese acercamiento. Aprovechando que estuvo en Bruselas para reunirse con los dirigentes de Renew Europe (el grupo liberal en la eurocámara) le dio por «fardar» delante de los medios de comunicación pensando que, tal vez, en el Elysée no se iban a enterar. Bien porque sabe que sus palabras interesan poco o nada, bien porque al decirlas en español no lo iban a entender. No ha recordado que Valls puede llamarle directamente, por ejemplo, o que los equipos de información del presidente francés funcionan y se lo pueden haber dicho. De una forma u otra, la reprimenda le ha llegado en forma de comunicado, el cual no han tardado de distribuir todos los medios de comunicación de ambos países.

Macron ha dejado claro que Rivera miente más que habla y se da una importancia de la que carece completamente. Si ya en España están todos los medios de comunicación de derecha a centro-izquierda en su contra, por mandato supremo de la clase dominante, se añaden los dignatarios de países vecinos y con un peso en la Unión Europea que jamás (nunca ha tomado tanta fuerza de significación este adverbio) tendrá él. Incluso ha llegado a hacer un poco de cuñadismo al decir que Luis Garicano iba a “liderar la economía desde la principal vicepresidencia del grupo liberal”. Como si el docto Garicano fuese a tener la economía en sus manos y se la fuese a quitar a la Troika y la Banco Central Europeo.

 

No sólo le han reprochado sus mentiras desde el Elysée sino que, en una muestra de su torpeza analític,a ha reconocido en declaraciones a la prensa (como se puede ver en el vídeo adjunto) que sí negocia con la ultraderecha de Vox. Le ha preguntado la periodista sobre si le han dicho el porqué de los no-pactos de los liberales en la Unión Europea con los partidos de ultraderecha como ha hecho él en España. A eso ha contestado “Eso pregúnteselo a ellos”. Exacto ellos no lo hacen y Rivera sí, como ha reconocido al darlo por hecho. No ha dicho “nosotros tampoco lo hacemos”, sino que el subconsciente ha hecho su aparición, ha tomado la realidad y la verdad, y le ha hecho reconocer que si ellos no lo hacen es su problema ya que yo sí lo hago. Ayer publicábamos que Garicano blanqueaba, tragando sapos y culebras a Rivera en Renew Europe, ya nada de eso vale porque su propio jefe de filas reconoce implícitamente con su respuesta que lo hacen.

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