Están sumamente enfadados en Ferraz con el tratamiento que los medios de comunicación están dando al PSOE. Creen que sus propuestas no se reflejan con la imparcialidad debida y que, en contra, todas las cuestiones internas se magnifican. Fue José Félix Tezanos quien avisó de la “conspiración” de los medios contra el PSOE en la, ya olvidada, Escuela de Buen Gobierno. Y ahora son los grupos de redes socialistas los que, aprovechando las vacaciones, lanza la campaña con el hagstag #NoAlBoicotPeriodisticoAlPSOE, junto a #EstosSonNuestrosMediosDeComunicacion. Cada persona participante con un mensaje personal o sólo con el hagstag pero todos y todas con una rosa. Inundar las redes de rosas socialistas en apoyo del secretario general y del PSOE, y señalar a los medios por “no reflejar la realidad” de los socialdemócratas españoles. Y algo de razón tienen, de hecho, aquí mismo ya le dijimos a Tezanos que no había descubierto nada nuevo, que eso ya lo habíamos comentado aquí unas cuantas veces (con la reprobación de no leer “otros medios”).

La cuestión es si el PSOE tiene razones para quejarse y lanzar una campaña que, indudablemente, molestará en los medios de comunicación. En especial a aquellos y aquellas que escriben sobre el partido a los que se acusa de estar conspirando contra la organización socialdemócrata. Que todos esos profesionales a los que ven las caras día sí, día también, se reúnen en cuevas profundas, u oscuros salones para determinar cómo atacar al PSOE. Eso sí, bien que sufren (sufrimos) en las redes los ataques cuando se publica algo que no gusta al movimiento socialdemócrata en las redes sociales. Es más, salvo algún problema puntual con algún plumilla, nadie tiene motivos personales o profesionales para atacar al PSOE porque sí. Ahora bien, tres son las cuestiones que pueden explicar la situación a la que se ve abocada el PSOE. La primera es que el establishment quiere a un PSOE sometido o fuera del juego de partidos si no se somete a sus postulados. De ello hemos hablado larga y profusamente en estas páginas. Pero eso se relaciona con los editoriales, los artículos de opinión y/o el número de noticias sobre el PSOE que se publican. Esto es, sólo se destacan algunas cuestiones (positivas o negativas).

Una segunda cuestión tiene que ver con el número de visitantes que obtienen las noticias del PSOE. Y la verdad sea dicha, las noticias críticas “venden” mucho más que las positiva en el caso del partido de la calle Ferraz. Si alguien escribe que la Escuela de Buen Gobierno fue la fusión de todo lo bueno de la socialdemocracia española, lo leen dos. Y no porque eso sea falso, que lo es, sino porque parece que las propias personas socialdemócratas dan ese análisis por una verdad no falsable (y por tanto fe), y no leen el artículo, ni lo distribuyen. Al final 1.000 visitas. Eso sí, si el titular es “Fracaso total” o “Pedro Sánchez es más tonto de lo que se creía”, suman más de un millón de visitas. Porque lo leen los socialdemócratas para criticarlo y los demás para reírse y moverlo para restar votos. Y por desgracia, los medios de comunicación viven de la publicidad que se genera por las visitas y los usuarios. Nada más fácil que fomentar lo negativo y dar menos presencia a lo positivo.

Así, que los senadores o los diputados se rebelen contra las posiciones de Ferraz o las palabras de Pedro Sánchez es mucho más noticiable que la presentación ordenada de Manu Escudero de las propuestas del PSOE para sostener el sistema de pensiones. O que Ciudadanos abandone la comisión para la reforma territorial porque el PSOE veta a sus propios referentes históricos, también es mucho más noticiable. Y aquí también el propio partido debería ver que comete fallos, porque vetar a Alfonso Guerra son palabras mayores, como ya fue polémica su expulsión de la presidencia de la Fundación Pablo Iglesias. Estas últimas cuestiones ya indican que un tercer problema se encuentra dentro del propio partido.

La tercera cuestión, que es tan importante como las otras, es que el PSOE está teniendo muchísimos problemas de comunicación, de transmisión de su discurso y de gestión de las noticias que generan. En primer lugar, el secretario general se encuentra medio desparecido y, parece, secuestrado por sus arúspices. Da entrevistas a medios regionales pero tiene en lista de espera a los de cobertura estatal. Ahora le ha dado por hacer videos desde casa porque le han debido decir que el movimiento youtuber está de moda. Y no hace más que fomentar el pensamiento de usar y tirar, la McPolítica. Evidentemente, así se evita el peligro de preguntas incómodas o sobre temas espinosos, pero para eso le pagan los militantes un sueldazo. El análisis del dilema discursivo de Sánchez lo dejamos para otro momento, pero sí es cierto que un dirigente que no está en el Parlamento (que es fuente de noticias) debería estar más presente en la sociedad y en los medios para suplir esa carencia. Y no, las asambleas no valen. Es más esconderse o estar medio oculto, y no porque no le llamen, que lo hacen, es mala estrategia comunicativa. Sus propias bases necesitan ese contacto mediático para reforzarse. Y el PSOE va perdiendo fuelle por ese lado.

Esto se podría ver contrapesado por la presencia de otros dirigentes. Pero aquí se dan otros fallos de comunicación. Si bien desde el equipo de prensa suelen estar atentos y raudos a ofrecer lo que necesiten los medios, la información de lo que se hace en el Parlamento o el Senado es muy mejorable. O estás llamando a todas horas o no llegan las noticias. Y claro, los periodistas se acaban cansando en muchas ocasiones. Más cuando sabe que si se escribe sobre algún tema con Carmen Calvo, por poner un ejemplo, las lecturas bajan y las propias redes del partido no lo mueven. La selección de lo “noticiable” en redes es precaria sin duda. En otras ocasiones una reunión importante con alguna entidad social, si no es de los primeros espadas, ni se presta atención. Entonces, se cae en lo fácil que es la crítica.

Pero el gran problema del PSOE está en las portadas y los editoriales (y en cuestiones internas que no vienen al caso). Que alguien como Victoria Prego diga que Sánchez “no da una” hace daño. Porque ya marca una senda editorial. Y de nada sirve que los nuevos mandamases del grupo Prisa, Javier Monzón y Ana Patricia Botín, hayan dicho a las gentes de Ferraz que El País debe ser un periódico donde la socialdemocracia se sienta representada, porque es un abrazo del oso. El coste de esa supuesta representatividad será la falta de autonomía ya que el establishment no permitirá nunca, jamás, que el PSOE pueda formar gobierno con Podemos. Un quid pro quo donde ganará siempre Prisa, que ha debido ver las orejas al lobo con la pérdida de lectores de su principal cabecera. Decíamos que daba igual esa promesa peligrosa porque el resto de medios, incluso los que se podrían catalogar como más de izquierdas, están en otra operación, llevar al poder a Ciudadanos, con el PSOE de muleta, o sin el PSOE. Mejor dicho, sin el PSOE con Sánchez o alguien que no se atenga a los intereses del capital y del poder del establishment. Y no, no será el de Susana Díaz que ya está amortizada, aunque ella no sea consciente de ello. Y eso que alguno de sus amigos ya han criticado en las redes la campaña del PSOE.

https://twitter.com/PericoPan/status/980125451166404609

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