Como se venía sospechando, Pedro Sánchez ha acabado por consumar su traición a las mujeres españolas. Embobado en una Agenda 2030, excluyendo el debate y apoyado por el poderoso lobby gay (especialmente su sección misógina), el presidente del Gobierno ha tenido ningún reparo a dejar a la mujer española como ese ser portador de vagina que la ministra de Sanidad, Carolina Darias –que luego irá de feminista por los platós de televisión y los mítines social-liberales-, ha publicitado por todo el país. Exactamente eso es la mujer para la actual dirigencia del PSOE, una mera portadora de vagina, un ser útero-portante, un vientre para alquilar a los amigos del lobby gay.

No le ha importado que desde el Consejo de Estado, desde asociaciones jurídicas serias o algunos magistrados del Tribunal Constitucional hayan previsto que posiblemente la ley sea inconstitucional. Tampoco le ha importado que el movimiento feminista, alejado del mundo queer –que no puede ser feminista por la propia esencia del movimiento-, venga quejándose desde hace cinco años o más. Lo que digan las asociaciones de médicos, le resbala. ÉL es el portador de la buena nueva de la industria farmacéutica y del irracionalismo postmoderno de las universidades estadounidenses, ÉL es dios y hace lo que le da la gana.

Cuando en cualquier mitin o evento diga que es muy mucho feminista, las mujeres podrán pintarle la cara y señalar el fariseísmo que corre por sus venas. Patxi López, que bastante tienen con lo suyo, confirmó que el PSOE no pensaba tocar nada sobre la parte registral de la ley. Justo la parte que permite que cualquier maromo se presente en el registro para cambiarse a mujer y luego al llegar a casa asesinar a su esposa e hijos y pasar la condena en una cárcel de mujeres, por ejemplo. O dicho de forma más legalista, esa parte es la permite el fraude de ley. Algo tan obvio que parecería que hasta un tonto lo vería… en el PSOE debe haberlo a puñados. Unos por desconocer realmente de qué se habla, otros por buenistas y muchos y muchas por cobardía.

Y como tiene el visto bueno del mayor postmodernito y buenista que haya parido la política española, José Luis Rodríguez Zapatero, se han creído que no habrá problemas. También dijo que el nuevo estatuto de autonomía de Cataluña sería perfecto para la convivencia y miren cómo está Cataluña. Y para más inri, tiene los testículos de hablar de diferencias generacionales confrontadas… confirmando que tampoco tiene ni idea de lo que se está cociendo. Bueno, estos gerifaltes sí saben lo que se está cociendo, no son tan idiotas, y les parece bien porque al final son proveedores de fondos para sus actividades políticas y laborales.

Sánchez va a perder el voto femenino por creerse más listo que nadie, por aguantar dos días más en el Gobierno y por garantizarse un futuro personal. Si se piensa que la campaña tardía de la derecha mediática, como ya se contó aquí, va a servirle para que las mujeres caigan en la trampa que les han tejido desde el Gobierno es que no es muy listo en ciertas cuestiones. Tirar a la basura, porque se abstendrán en muchos casos, casi dos millones de votos de mujeres en unas elecciones que serán muy ajustadas no se le ocurre ni al que asó la manteca. Más si, como se viene produciendo, el insulto y la amenaza de expulsión es la respuesta a las feministas.

Post Scriptum. Este escrito no será posible, a causa de la limitación de la libertad de expresión que contiene la ley, en unos meses. A un señor que también tiene un reglamento que impide expresarse con libertad en su partido le importará poco, pero el daño que se hace a la democracia es enorme.

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