De repente. Sin saber por qué. El Gobierno ha filtrado a los medios de comunicación que piensa exhumar a José Antonio Primo de Rivera del Valle de los Caídos. Cosa extraña porque según la ley de Memoria Democrática del propio gobierno recién aprobada, es tan víctima como otros. Sí, víctima. Y si no saben leer no es problema de quien esto escribe, como ya se contó. ¿Por qué sacar a una víctima de la Guerra Civil justo en este momento? ¿Por qué justo ahora? Sólo cabe que sea una cortina de humo, pero ¿de qué?

Sabiendo que esta exhumación no les va a proveer de más votos (realmente salvo a unos cuantos, al resto de españoles les importa entre poco y nada), que podría ser una explicación más estratégica, ¿por qué en este momento intentar que los medios de comunicación se líen a comentar cosas de José Antonio? Para evitar que se centralice lo mediático sobre la ley trans-generista que están intentando aprobar en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez no quiere que haya ningún tipo de debate respecto a esta ley que permitirá a cualquiera cambiar de género en el registro civil (cuantas veces haga falta, por cierto); que podría quitar a los padres y madres las custodias de sus hijos e hijas si se niegan a que les hormonen hasta la mayoría de edad; que podría dejar sin trabajo a los psicólogos que traten a los pequeños; que podría permitir que un violador ingreses a cumplir su condena en una cárcel de mujeres; que permitiría a un pedófilo entrar en los vestuarios de mujeres; etcétera hasta lo más asombroso que puedan imaginar menos que las personas transexuales estén mejor que antes.

Es Irene Montero la principal impulsora de esta legislación queer, y tiene el apoyo de farmacéuticas y colectivos minoritarios que apoyan el generismo e intentan pasar por feminismo. Porque el feminismo, no el inventado en las cabezas de las podemitas, está a favor de la abolición del género (la biología sexual es la que es) por ser el constructo social. Montero y su cuchipandi pretende imponer el género y abolir el sexo biológico. Siendo Podemos el principal impulsor cuenta como gran aliado con el presidente del Gobierno. ¿Por qué se entrega el secretario general del PSOE –partido que no admite las disonancias cognitivas del generismo podemita y queer- a esta política que nada tiene favorable para las mujeres, sino todo lo contrario? ¿Habrá favores a pagar en el futuro por las empresas farmacéuticas que tienen muchísimo interés en que el Estado pague los carísimos tratamientos y que se extiendan a cuantas más personas mejor sin importar su situación psicológica o la oposición de sus progenitores?

¿Por qué se entrega de esta manera al lobby gay que tiene en su ejecutiva y siega las piernas a las feministas del PSOE? En términos puramente electorales no tiene ningún sentido. Del colectivo LGTBi las lesbianas, en tanto que mujeres, salen muy perjudicadas con esta ley (deberán comerse pollas femeninas –como dicen los generistas- o serán acusadas de transfobia). A muchos gays, que se han manifestado públicamente, tampoco les hace gracia. Pero a otros sí porque esperan que después de esto venga la aprobación de los vientres de alquiler y así comprarse hijos genéticamente puros.

Electoralmente supone perder algún millón de votos para ganar ¿qué? Salvo que le vayan a dar un trabajo en alguna entidad internacional con muchos ceros a la derecha, el agujero que va a hacer al PSOE va a ser terrible. Si piensa que las mujeres feministas van a estar calladas fuera y dentro del partido está muy equivocado. El colectivo gay tampoco es que sea mayoritariamente de izquierdas. En una buena parte son más burgueses y de derechas que el palo de la bandera del PP. Ahí tiene a su protegido Víctor Gutiérrez, que no dice nada jamás en favor de la clase trabajadora. A lo suyo y a trincar.

Y para colmo permite que con toda la chulería del mundo se quiera expulsar a las feministas del PSOE. A mujeres que tienen bastantes trienios de militancia en sus carnes, más que los del lobby gay seguro, y que se han fajado para conseguir la igualdad entre mujeres y hombres les van a echar por defender postulados socialistas. Sí, socialistas, palabra que parece molesta mucho por Ferraz y Moncloa y se saca sólo para las campañas electorales. ¿Purgar al feminismo para quedarse con cuatro amigos liberales? Salvo que esté decidido a acabar con el PSOE, incluso echando sal para que quede una tierra yerma, no se entiende su empeño en destruir a las feministas.  Salvo que sea para esconder que se van a subir el 4% el sueldazo, no tiene sentido alguno.

No vale decir que es una cosa de Podemos, no. Eso ya no cuela. Es una cosa que apoya el propio Sánchez. Por eso saca a José Antonio a pasear y por eso aceptó que se tramitara por vía de urgencia la ley y así hurtar el debate en el Congreso de los Diputados. ¿Qué urgencia puede haber en una legislación transgenerista? Ninguna. Sólo hay intereses personales de podemitas y sanchistas. Lo lamentable es que la mayoría de diputadas que van de muy feministas no dirán anda porque temen perder su sustento y no defender los principios que dicen tener. En las elecciones lo pagará porque las feministas no se van a callar.

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