Como hemos venido publicando en Diario16, el Banco Popular Español fue la tabla de salvación para el Santander. Su exposición a los movimientos macroeconómicos internacionales y a los acontecimientos políticos europeos le dejó en una situación límite por los efectos de la desaceleración económica en Latinoamérica y del Brexit. Además, la salida del Reino Unido de la Unión Europea también tendrá consecuencias por la necesaria reforma de los acuerdos comerciales entre los mercados latinoamericanos y el británico.

En el año 2016, por los efectos del Brexit el beneficio en Reino Unido cayó un 19% por la contracción del crecimiento económico y por la depreciación de la libra esterlina. En Latinoamérica ocurrió más o menos lo mismo. Las grandes economías, como México o Brasil, se contrajeron, además de acometer distintas depreciaciones de las monedas locales. Por eso el Popular era fundamental para mejorar esas cuentas, sobre todo teniendo en cuenta que el mercado iberoamericano supone un tercio del volumen de negocio de la entidad cántabra.

Tras una pequeña recuperación, el Santander ha visto cómo las nubes negras vuelven a cernirse sobre Brasil o sobre la propia economía británica que continúa envuelta en la incertidumbre por las negociaciones del Brexit. Según las propias previsiones realizadas por Barclays, Citi, Bloomberg y FactSet, el beneficio medio del Santander caerá en los próximos dos años en todos los mercados en los que está presente salvo en España gracias al Popular. En concreto, la previsión más benévola es que el beneficio medio del Santander caerá un 1% en Estados Unidos, un 2% en Europa continental, un 1% en Brasil, un 3% en Latinoamérica, un 3% en Reino Unido, pero en España se incrementará en un 10%. El Popular servirá para que el Santander obtenga un beneficio normalizado medio del 5,35% al año, cantidad que dejaría de percibir si la Audiencia Nacional decidiera paralizar cautelarmente la operación para que el Santander deje de vender el patrimonio inmobiliario, ejecute un ERE salvaje que dejará en el paro a más de 7.000 trabajadores del Popular y siga aprovechándose del know how y de la cartera de negocio de la entidad incautada.

En concreto, el beneficio del Santander, siempre con las previsiones más benévolas, incrementaría su beneficio en apenas 1.500 millones de euros, mientras que con el Popular su sumarían otros 1.400 millones, en total, un 28% más de lo prevista sin la presencia del Popular en el Grupo Santander.

Esta es la razón por la que se está planteando desde la Avenida de Pereda un escenario de tierra quemada porque una decisión judicial en favor de las más de 300.000 familias arruinadas para salvar al Santander le dejaría en una situación crítica.

Hay que recordar que desde el año 2.007, en que las ganancias del Santander fueron de 9.060 millones de euros, el Santander no ha obtenido una cifra de beneficio del calibre que se podría dar con la incautación del Popular, estimada en 8.984 millones de euros para 2.019.

Hay que tener en cuenta un hecho: el Santander ha mejorado sus resultados en el entorno del 4% gracias a la reducción de provisiones, un dato que se incrementará a final de año tras la venta del 51% de la cartera inmobiliaria del Popular.

Hay otro aspecto que apenas se tiene en cuenta pero que es fundamental para las previsiones del Santander: las consecuencias del Brexit en las economías latinoamericanas. En un mundo globalizado, los mercados financieros de Latinoamérica no podían dejar de resentirse, lo que está generando incertidumbres que, evidentemente, afectan de manera directa al Santander, consecuencias como la inestabilidad de sus mercados financieros, incremento de la desaceleración económica o la reducción de la inversión extranjera, además de un aumento de los costes de los préstamos y de la pérdida de competitividad por el fortalecimiento del dólar. Todo esto, evidentemente, influye en la cuenta de resultados del Santander y que el Popular ayudará a mejorar.

La suspensión cautelar es la medida necesaria y justa que ha de tomar la Justicia para poder trabajar e investigar lo que ocurrió desde el mes de noviembre de 2.016 para que la que era la sexta entidad financiera de España cayera a los niveles a los que llegó gracias a los movimientos de quienes tenían como misión llevarlo a una situación crítica para que el Santander lo adquiriera y se rescatara a la única entidad sistémica que hay en nuestro país. Esa decisión supondría unos efectos fulminantes para el banco cántabro, sobre todo por la volatilidad existente en los mercados financieros donde el Santander tiene más presencia.

En espera de la presentación de los resultados del tercer trimestre, que tendrá lugar en el día de hoy, donde ya se podrá comprobar cómo ha influido el Popular en las cuentas el Santander, y en función de los datos antes aportados, a día de hoy, según fuentes financieras consultadas por Diario16, el precio de la acción del banco cántabro podría encontrarse en una franja de 4,50 y 4 euros, y no en el 5,63 actual, algo que sería desastroso para la entidad presidida por Ana Patricia Botín.

Por otro lado, en el día de ayer, el Consejo de Administración de Diario16 ha decidido presentar ante la Audiencia Nacional toda la documentación que obra en nuestro poder, una documentación en la que podrían encontrarse presuntas irregularidades legales en la operación. Por esta razón, se ha decidido dar este paso, tal y como se hizo en el caso de Miguel Zorita, y que sea la Justicia la que determine el alcance de esas presuntas irregularidades. Una vez que esos documentos sean depositados en la Audiencia Nacional, se irán publicando respetando los tiempos periodísticos que la línea editorial imponga.

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