Básicamente con el titular del análisis bastaría y no haría falta escribir ni una sola línea más. Si Pablo Casado conociese el significado de tener ética, si tuviese esa ética democrática necesaria, ayer mismo hubiese presentado su dimisión y dejaría de hacer campaña. Pero es más sencillo que la mafia vaticana, como se ha conocido esta semana, asesine a otro papa a que alguien en el PP sepa lo que es la ética y la ejerza. Incluso quienes leen estos párrafos dirían que si tuviesen la mínima vergüenza lo harían. No lo harán porque en su perversa visión del mundo entienden que ellas y ellos pueden cometer todas las tropelías del mundo sin tener por qué dar explicaciones o arrepentirse de ello. España es suya y dejan a los demás jugar al juego ese de la democracia, pero hasta ahí. Cuando desean hacer trampas, las hacen porque se creen los dueños de todo por el mero hecho de pertenecer al PP y estar al servicio de la clase dominante.

Casado, por mucho que se deje barba, no deja de ser el sinsorgo de la última campaña, el mitomaníaco que se inventa un mundo donde él es perfecto y los demás deben hacer lo que diga. En realidad, ya hizo cosas raras para obtener sus títulos universitarios, algo por lo que podría ser inhabilitado durante siete años. Es una persona que no ha tenido ningún reparo en pisotear incluso a personas que le apoyaron para llegar a donde ha llegado, que es poco más que la nada. No tiene conciencia moral el presidente del PP porque ni estudió (algo se le hubiese quedado del moralismo kantiano), ni lo aprendió a las faldas de Esperanza Aguirre, ni tiene intención de cambiar el sistema de funcionamiento de su partido. Es más, lo que han intentado con las trampas, como contamos ayer, es un recuerdo de otras épocas donde el pucherazo era la táctica habitual. Cánovas o Maura son sus referentes a este respecto. La reacción que no gusta de la democracia, ni la orgánica del fascismo incluso.

En el PP es conocido que, salvo que los estén llevando esposados, jamás dimiten por algo. Así sea corrupción, así sea haber creado las cloacas del Estado para acabar con Podemos, así sea por cualquier hecho contrario a los principios democráticos. La democracia es para los demás; lo ético también; meter la mano en la caja es connatural a su ideología partidista, por ello una cuestión como intentar adulterar las elecciones mediante el incentivo de la abstención sin dar la cara es casi algo inmanente al PP. Porque lo grave no es pedir la abstención de la izquierda, eso sería hasta comprensible, sino esconderse tras afiliados y asesores para hacerlo y que parezca hecho por gentes de la propia izquierda. Pero son tan estúpidos y tan ignorantes que no se han percatado que en la izquierda, salvo excepciones, la mayoría de las personas por culpa de las políticas laborales del PP están bajo el precariado. Para que lo entiendan, están tiesas. Así que ya olía mal tanta pegatina y tanto cartel sin firma y atacando a PSOE y Podemos. Y para rematar querían culpar a los errejonistas, que bastante tienen con lo suyo como para gastarse lo que no tienen en carteles. Acostumbrados como están a saquear las arcas públicas para financiarse o que lo hagan los empresarios, piensan que los demás hacen lo mismo.

Si España fuese una democracia asentada los medios de comunicación de la derecha estarían clamando al cielo y pidiendo la dimisión de Casado. Al ser una dictadura de clase en muchos de sus elementos, que cada vez son más evidentes, lo ocultan y lo callan. Por suerte hay la suficiente democracia para que algunos medios de comunicación se atrevan a sacar los trapos sucios. No se meten con los bancos y demás trapicheos pero sí denuncian estas cosas. Carentes de ética, de Casado y de los medios de la derecha que le sustentan no se puede esperar la dimisión, sólo difundir las noticias y denunciar lo que hacen podría servir para intentar que los que tienen formación cristiana y siguen votando al PP al menos tengan esa duda ética que sus dirigentes no tienen. Hasta el momento le han permitido a Casado plagiar, hacer un master donde no encuentran convalidaciones, mentir continuadamente y ahora adulterar las elecciones. Cuando dicen que la izquierda siempre alardea de una superioridad moral que analicen, si tienen la mínima capacidad, que por cosas como estas es por las que esa superioridad es clara y patente.

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