Realmente ni los que les han votado, cegados con la bandera, se han leído el programa económico de los neofascistas de Vox. Si lo hubiesen hecho, seguramente no habrían cambiado su voto (el ejército unga-unga no se maneja por criterios racionales), pero serían aún más corresponsables de lo que se les viene encima. Si Hannah Arendt hablaba de la banalidad del mal al pergeñar entre las declaraciones del máximo responsable de los trenes de la muerte nazis, Adolf Eichmann, que el aparato burocrático se impuso a la mínima moral y el sentimiento humano, ahora los votantes de Vox banalizan la violencia simbólica y el costo para la mayoría de la población en su día a día. Son cómplices de lo que sufriremos todos en términos económicos con la ayuda de sus socios de PP y Ciudadanos.

Ayer las mujeres les demostraron a los neofascistas que no se van a amilanar en la lucha contra ellos, tanto en el plano de las políticas públicas (donde reducen los presupuestos) como en el plano ideológico-simbólico. El feminismo tiene claro que le va la vida a cada mujer con estos australopitecos utilizando las instituciones contra ellas, reiteramos, por el apoyo explícito de PP y Ciudadanos como cooperadores necesarios. Ahora bien, fuera de los parámetros del feminismo, el resto de la población se deja deslumbrar por el lenguaje macarra, ese que tanto blanquean desde las televisiones y medios de comunicación de la derecha (casi todos), y no se percata de la letra pequeña de los apoyos con el resto del trifachito. Acuerdos en los que todos se acaban jugando la vida. En el programa electoral tienen la pretensión de establecer un tipo único de IVA del 21%, no especificando si será para todos los productos (a las compresas seguro que sí que la petición de bajar al tipo mínimo es parte de la ideología de género, o algo así son capaces de decir) por lo que es obvio que el pan y los alimentos subirían unos cuantos céntimos que a final de mes serían unos cuantos euros y a final de año unos centenares. Eso sí, si usted tenía pensado comprarse un Ferrari o un Yate, no se preocupe, que le bajará el precio del impuesto de lujo a ese 21%. Realmente es una bajada de impuestos a los ricos y de subida a todos los demás… y si no lo pueden pagar hay que aguantarse.

No les habrán visto quejarse de las bajadas de impuestos, haciendo dumping fiscal, de los diferentes trifachitos. De hecho, los neofascistas piden la reducción del IBI para las familias numerosas a la mitad. Saben, porque las estadísticas no mientes y ellos se las saben aunque las manipulen, que quienes más hijos acaban teniendo son los que pueden “permitirse” el gasto que acarrea tener tres o más hijos (para ellos las madres solteras son pecadoras). De ahí que, realmente, es una rebaja de impuestos para las familias más pudientes. Y el IBI de un chalet en Somosaguas es un pastón, como lo es en cualquier lugar de residencia de los ricos y pudientes. Normal que quieran poner el tipo único del 20% del IRPF (que supone subir los impuestos a los trabajadores que ganen unos mil euros al mes), porque esta gente quiere beneficiar a los suyos. Da igual que Iván Espinosa de los Monteros no pague el IVA, ni a los trabajadores que le construyen su casoplón, realmente está llevando a cabo rebeldía impositiva de rico con fortuna de origen franquista (lean a Antonio Maestre).

Para engañar, dirán que en algunos producto quieren bajar hasta el 4% el IVA (para cortarse el pelo no, por ejemplo, mejor que los pobres vayan greñudos para identificarles mejor). ¿Dónde van a bajar el IVA? “Para la compra de productos y fármacos infantiles y geriátricos”. Que no sólo tienen que pagar en B a la dominicana que cuida de sus progenitores, sino que además los productos de los ancianos son muy caros. El taca-taca de titanio o el cochecito eléctrico de marca, porque menos es aparentar pobreza (típico pensamiento burgués, por otra parte), deben bajar de precio. Y si no les hacen caso a privatizar las pensiones que la fracción financiera de la clase dominante no tiene recursos suficientes. Y ustedes se preguntarán, si bajan tantos impuestos ¿cómo se pagarán los servicios sociales? No se pagarán. Como están haciendo en Andalucía donde los Hospitales de Día donde se cura a los enfermos de cáncer están dejando de dar sesiones de quimioterapia; como hacen donde gobiernan que quitan los pisos públicos donde se esconden las mujeres que huyen del maltrato; quitando el dinero a las Casas de la Mujer (garantizan dos o tres cargos a dedo y pasan a dar cursos de macramé); quitando dinero a los abogados de oficio (algo que el PP lleva haciendo tiempo en la Comunidad de Madrid sin necesidad de que les animen los neofascistas); o quitando las subvenciones a todo el mundo menos a la iglesia católica.

Vox quiere subir el coste de la vida a la mayoría de los españoles. Desde el pan al material escolar y la cultura. Porque no quieren que existan elementos culturales más allá del amor a España y la historia inventada del Imperio y los cuarenta años de paz. Quieren que los españoles coman banderas pero no comida. Quieren que vean las cadenas de televisión que les están blanqueando (especialmente Susanna Griso, Antonio Ferreras y Ana Rosa Quintana) pero que no compren libros ni vayan al cine porque eso está lleno de rojos que piensan, escriben, actúan o dirigen. Todo lo que sea dotar de capacidad de análisis crítico a las personas tendrá un IVA del 21% para que cueste acceder a esos productos. Y mucho más “esos libros que incitan a las mujeres a emanciparse del patriarcado”. Todo lo que huela a rojos más impuestos. Incluida la comida para que así gasten en alimentación y vivienda todo el sueldo y no les dé por juntarse varios. Puede parecer chusco y exagerado, sin duda lo es un poco, pero mediante esta exageración es más factible que se den cuenta de lo que pretenden hacer. No es exageración que quieren subir todos los impuestos culturales y alimenticios (no han escrito nada en sentido contrario) al 21% y que quieren bajar todos los del consumo de alto copete, lo pone en sus programas. Lo peor viene después, porque les culparán a ustedes por ser pobres, por no poder alimentarse bien y, en ese momento, comenzarán a decir que la sanidad pública no puede estar para curar a pobres que han fracasado en la vida y que cada cual se pague su sanidad. Lo han probado en otros lugares ya, no es nueva la táctica. Hoy les suben el precio del pan y mañana les quitarán la sanidad y la educación, eso sí, curas y monjas que velen por sus almas todos mamando del Estado.

Importante: Esto no lo podrían hacer sin el consentimiento y la colaboración de PP y Ciudadanos. Por lo que queda demostrado que hay un monstruo de tres cabezas en la derecha.

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