El vicio artístico de la postmodernidad, que quiebra toda certeza estética, establece que es arte lo que quiera el artista. Así un simple palé de cargar ladrillos simboliza, según el artista de turno, una granja (visto en la Fundación Juan March), o unas escaleras de caracol metálicas son un camino para ver el cielo. Esto último es lo que la “artista performativa” Yoko Ono ha presentado para el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, C3A de Córdoba.

“Un proyecto artístico de Yoko Ono titulado Para ver el cielo, comisariado por Álvaro Rodríguez Fominaya y Jon Hendricks, y compuesto de tres instalaciones de la artista conceptual que permanecerán expuestas durante tres años: Para ver el cielo (versión cordobesa), Pieza para zurcir tu corazón en cuatro estaciones y Árbol de los deseos para la paz. Asimismo, se llevarán a cabo dos de sus performances históricas, Pieza cielo para Jesucristo (1965/2017) y Pieza encendida (1955/2017) en la Caja Negra del C3A. Se trata de una ocasión única para ser testigo de dos performances de una de las grandes artistas conceptuales de nuestro tiempo” es lo que dice la nota de prensa.

La realidad, la triste realidad, es que si no hubiese sido porque Ono se llevó por delante, como manifiestan gran parte de la masa de fans, The Beatles, seguramente nadie iría a ver sus obras. Salvo, eso sí, los cuatro postmodernos enterados de las galerías neoyorkinas y resto de comedores de canapés habituales de estos actos de engaño estético. Lo peor de todo ello es que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía se habrá gastado un buen dineral en traer estos esperpentos que sólo inciden en la mística de la mercancía, llámese “obra de arte”, llámese pollo al chilindrón. También amenazan con una performance cantada. Ya en su época en Fluxus daba espanto junto a Nam June Paik y Shigeko Kubota, pero sería en su escapada a Londres donde encontró el verdadero canal para su engaño artístico: John Lennon.

Esto es lo que cuentan sobre las obras expuestas desde la Junta.

Para ver el cielo (versión cordobesa)

Durante su trayectoria la artista ha representado diversas escaleras como un elemento simbólico recurrente. Así, en 1966 creó la obra ‘Pintura de techo, pintura del sí’ (Ceiling Painting, Yes Painting), en la incluyó una escalera a la que el público debía subir para completar la obra. Igualmente, la idea del cielo aparece en varias de sus obras anteriores, entre ellas TV Cielo, 1966, en la que se plantea la relación entre exterior e interior del museo, y uno de los primeros experimentos de retransmisión en directo dentro de la historia del arte. Mediante ‘Para ver el cielo’ (versión cordobesa) reúne estos intereses recurrentes al ubicar una escalera de caracol realizada en acero, pintada en un degradado de tonalidades azules, cerca de uno de los lucernarios del C3A, de modo que el visitante pueda subir y contemplar la luz que entra a través de esta ventana traslúcida. Anteriormente, se han ejecutado versiones para Nueva York y Pekín.

Pieza para zurcir tu corazón en cuatro estaciones

Se trata de una obra de arte realizada por Yoko Ono específicamente para el C3A. Forma parte de la serie ‘Pieza para reparar’ (Mend Piece) que comenzó a crear en 1966, y es una obra participativa que la artista va adaptando dependiendo del momento histórico en el que es expuesta y el lugar específico donde se exhibe.

A pesar de que cada versión es distinta, el objetivo principal y constante de esta obra de arte es que los participantes puedan pueden remendar diferentes prendas de ropa acordes con la estación, y podrán optar por utilizar las prendas que estén en el museo o traer su propia ropa con el fin de repararla. La idea de la artista es que las prendas puedan guardarse en las salas, intercambiarse con alguna que este allí, entregarse a personas necesitadas o llevarse su ropa reparada. Se han realizado versiones de Pieza para reparar en otras partes del mundo.

Mend Piece recuerda la tradición japonesa del kintsugi: una técnica milenaria de reparación de cerámicas rotas con oro o elementos preciosos.

Árbol de los deseos para la paz

‘Árbol de los deseos para la paz’ (1996-2017), que se ubica a la entrada del C3A, es una obra participativa perteneciente a una serie que la artista inicia en 1996, cuyo origen se encuentra en una tradición japonesa que consiste en colgar oraciones de un arbusto, árbol o bambú. En esta obra, la artista invita a que los visitantes escriban sus deseos de «paz» y los cuelguen del árbol; posteriormente, estos mensajes se envían a la artista para integrarse en el proyecto Torre Imagina la paz (Imagine Peace Tower, 2007), instalación lumínica ubicada en la isla Viðey, en Reikiavik, creada por Ono en memoria del que fue su esposo, John Lennon (1940–1980). Diseñada como un pozo de los deseos, esta obra simboliza la lucha de Lennon y la militancia de Ono en pro de la paz mundial. La artista ha creado distintas versiones de esta obra, que se hallan en distintos museos, como la Peggy Guggenheim Collection de Venecia, el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio, el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington D.C.

Si tienen tiempo y un estómago artístico a prueba de bombas vayan a ese gran espectáculo de la nada, del vacío artístico, de la falsa creatividad, de lo irreal elevado a la mercancía extrema, a la destrucción del propio ser humano. Eso sí, si la entrada es cara (más de un euro), el consejo es que lo gasten en cualquier otra cosa. No apoyen el engaño total de personas que viven del cuento. Ya hay políticos para ello.

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