Si en España ya es conocido que la ideología de Ciudadanos es el cuñadismo, esa extraña mezcla de nacionalismo españolista, populismo del sistema ye intentar ser la salsa de todos los platos, sus colegas europeos del ALDE Party (la unión de los partidos liberales de la UE) lo han descubierto ante sus propios ojos y oídos. Y, además, lo ha hecho en un inglés (leído, no hacía más que pasa páginas) y chapurreado al estilo Barceloneta (y tenía la cara de reírse de Pablo Iglesias con aquello de Price Waterhouse and Cooper). El mismo discurso contra los males que le tienen sin dormir y que los españoles nos desayunamos, almorzamos y cenamos gracias a los medios del establishment (lo raro es cuando no va a tomar café con Susanna Griso), ese mismo, se lo ha soltado a sus colegas liberales. Con un matiz importante y que cuando habla sobre España no se atreve a explicar.

“Existe una confrontación de dos visiones en Europa: los que le dan más importancia al interés nacionalista en lugar del colectivo y los que se unen para relanzar el sello europeo” ha dicho Rivera haciendo un gran reduccionismo porque lo suyo siempre es proponer dos posiciones antagónicas. ¿Por qué lo hace? Porque si no es imposible plantear la guerra en favor del Ibex-35 en términos dicotómicos, antagónicos. Siempre necesita de un malo malísimo para justificar su posición. Da igual que sea Puigdemont, Iglesias, Sánchez o ETA (que ya no existe). Por eso sólo quiere dejar ver que nada más hay dos visiones enfrentadas cuando eso es falso. Existen varias posiciones enfrentadas: unos que quieren una UE que sea principalmente económica; otros que la quieren más social; otros que la quieren destrozar, como los conservadores, para que el Imperio de EEUU no tenga un contrincante fuerte; otros que no quieren ningún tipo de UE; otros que sí quieren una UE pero sin tantos países iliberales; otros que no saben o no contestan porque esperan que les digan qué hacer. Pero Rivera lo sitúa todo en el plano nacionalista (en el sentido de secesionismo o populismo) o lo europeísta. Y se puede ser europeísta siendo nacionalista… como es él mismo. Pero no esto no lo cuenta a sus amigos.

No cuenta, tampoco, a los amigos y amigas de ALDE que él es más nacionalista que nadie en España, incluso más que el palo de la bandera si hace falta, y que por eso quiere acabar con todos los nacionalismos “periféricos” o minoritarios. Sólo cabe un nacionalismo para Rivera: el español. Que él, precisamente, no cataloga de nacionalismo porque es lo “normal” a su corto entender. El Estado-nación liberal sólo puede tener una nación y esa es la española, la quieren o no los españoles y españolas. Una visión ignorante, mezquina y muy adaptada a las vísceras del odio que suele insuflar cuando no está con los liberales europeos. Si le escuchasen día a día como se tiene que soportar aquí, se darían cuenta de que populista es un rato. Y no sólo es nacionalista sino que, como está al servicio del Ibex-35 y éste tiene ramificaciones e intereses financieros en la UE, quiere una UE muy comercial. O lo que es lo mismo el “sello europeo”. No quiere Rivera, como no quieren sus conmilitones liberales, que la UE sea un mecanismo fuerte de redistribución de la riqueza y que establezca verdaderos derechos sociales (como proponen las izquierdas). No. Quiere sólo lo comercial y acabar con los populismos, que no son del sistema, para que el capitalismo campe a sus anchas devastando las vidas de millones de personas. Quieren acabar con los derechos que no benefician a las empresas.

Y como suele ser habitual en él si tiene que mentir, miente. “Los partidos de derecha e izquierda suelen ver Europa como un gigante que no puede ser reformado, yo les aseguro que puede ser reformado y vamos a hacerlo juntos” ha expresado el dirigente naranja. ¿Desde cuándo los partidos de izquierdas dicen que la UE es un gigante irreformable? Igual Rivera no ha leído los programas de los partidos de izquierda, ni socialdemócratas, ni ecologistas, ni ex-comunistas, ni populistas. Todos hablan de reformar la UE, que no Europa que al fin y al cabo es un continente (geográfico y político), de hacerla más social. Para el dirigente naranja el problema está en que la quieren reformar no en el sentido que él desearía, en favor de los poderosos señores del dinero. Por eso miente.

Lo que sí debería explicar Rivera es eso que ha dicho sobre que la soberanía nacional/estatal ya no existe, que sólo se puede aspirar a una soberanía europea en este tiempo de globalización. Y lo debería explicar porque aquí, en España, habla y no para sobre la indestructible soberanía nacional. Todo su problema con Cataluña y los independentistas viene por eso, porque no se puede romper la soberanía nacional. Y si esa soberanía no existe, como ha explicado a sus colegas liberales, ¿por qué le importa que la soberanía nacional quiebre? ¿Por qué persigue ahora a los vascos diciendo que atentan contra la igualdad soberana? Si no hay soberanía nacional (eso de soberanía popular es demasiado democrático o populistas según se levante de la cama ese día), no tiene ningún sentido defender lo que no existe. Pero no. Rivera como buen nacionalista español defiende la soberanía nacional españolista que debe ser impuesta a los demás. Lo mismo que hace Torra en Cataluña. Exactamente lo mismo. De lo que habla Rivera con sus amigotes europeos es de la soberanía económica realmente. Esa soberanía que antes tenían los países para determinar los aconteceres económicos patrios y que el neoliberalismo se encargó de liquidar hacer tiempo en parte. Y esa parte de soberanía que aún mantienen los países es la quiere destruir Rivera. Ni más, ni menos. Quiere una soberanía europea de lo económico para que la fracción financiera domine libremente la UE. Para que el Imperio penetre aún más en los países. Esa soberanía es la que quiere para la UE y terminar de limitar a lo mínimo los Estados-nación. Quieren quitar los últimos mecanismos de control de los Estados que quedan en favor de la ciudadanía. Paradójicamente el partido que se llama ciudadanos quiere acabar con la ciudadanía y todo lo que ello significa.

Y como no podía faltar cada vez que habla, Rivera ha soltado su perla del día. Aunque esta vez en inglés de la Barceloneta. En inglés de “my taylor is rich and my mother is in the kitchen”. Hablando de la lucha contra los populismos, no los del sistema que él representa, y los nacionalismos, no el que él representa, ha situado esa lucha en una mesa: “The battle is on the table: nationalists and populists against liberals and democrats”. Juramos haber buscado la expresión en negrita por si fuese alguna frase hecha que tuviese significado tipo “it´s raining dogs and cats”, pero nada, no existe. Es más, la luminaria que le haya escrito el discurso, o si ha sido él mismo, ¿de dónde ha sacado en que en español se diga que la batalla está en la mesa? Desde cuando se dice, salvo que se juegue a algún juego de mesa, que una batalla está en la mesa. Es más, siendo menos militares, los suyo hubiese sido utilizar el término “struggle” (lucha) que es más propio de las Ciencias Sociales, incluso en inglés. El problema de todo esto es que se vende, y nos venden los medios de la derecha, que Rivera es un tipo preparado  con idiomas y resulta que hace frases macarrónicas. Que se inventa frases que no tienen sentido, o el sentido que él quiere darles, pero que muestran a las claras su concepción del mundo: lo que hay es una guerra con buenos y malos, como dijimos antes. No hay una lucha democrática sino una batalla con vencedores y vencidos. Un lenguaje, además, calcado de los discursos populistas que dice confrontar. Por cierto una lucha donde no están los socialdemócratas, ni los conservadores. Sólo puede haber neoliberales que son los buenos. El resto todos malos.

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