República Dominicana es un país que tiene mucho que ofrecer al mundo, más allá de sus hermosas playas y su clima favorable. República Dominicana se está convirtiendo en un actor clave en la región latinoamericana gracias a la proyección internacional que le está dando el presidente Luis Abinader. En la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, celebrada en Buenos Aires, volvió a demostrar que el país, que a lo largo de la historia no ha tenido peso internacional, está aportando una nueva visión que tiene como fin un posicionamiento en los puntos clave y los lugares donde se toman las decisiones que afectan tanto a Latinoamérica como al resto del planeta.

Ante los ataques directos a la democracia que se han producido por el populismo de extrema derecha, como fueron los asaltos al Capitolio en Estados Unidos y el intento de golpe de los seguidores de Jair Bolsonaro en Brasil, Abinader fue contundente: «Es nuestra obligación como Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños condenar los actos violentos y vandálicos contra el gobierno legítimo y constitucional del presidente Lula en Brasil, que buscaban subvertir la voluntad expresada libremente en las urnas por el pueblo brasileño». Añadió, además, haciendo un alegato directo a las esencias fundamentales de la democracia que los procesos electorales libres son el único camino para el establecimiento de un gobierno legítimo. «Como comunidad, tenemos la responsabilidad de defender la soberanía de los pueblos y promover la integración regional basada en principios y valores».

Principios y valores. Esas dos palabras son una de las pautas que Abinader ha impuesto a su administración. Ante los jefes de Estado y de gobierno, y representantes de Estados Unidos y de la Unión Europea, el presidente dominicano no dudó en afirmar que « es necesario que hablemos con firmeza y convicción sobre la defensa de los principios democráticos y que profundicemos en un diálogo sincero y bien documentado para sacar enseñanzas positivas y mejorar la confianza y cooperación entre los países de la región».

Las consecuencias de la guerra de Ucrania

En Diario16 hemos hecho mucho hincapié en que la situación de incremento de los precios es una «inflación importada» de la que la gestión del gobierno de Luis Abinader no tiene responsabilidad directa, por más que se esté intentando desde otros ámbitos de la política sacar rédito político de ello.

Por esta razón, el presidente dominicano se refirió a un asunto que es clave y que la guerra en Ucrania es un desafío para todo el planeta porque los estragos que se están viviendo allí también amenazan la estabilidad global, avivan los conflictos ideológicos, incrementan la carrera armamentística y genera una inseguridad alimentaria.

«La CELAC debe hacer un llamado a la paz y exigir que se trabaje seriamente para detener los horrores de una guerra que sigue causando estragos sobre poblaciones que no merecen pagar el precio de conflictos ajenos», afirmó con contundencia Luis Abinader.

Haití

Como siempre ha hecho desde agosto de 2020, Luis Abinader busca una solución a la situación que se vive en Haití, intentando, allá por donde va, involucrar a la comunidad internacional porque el problema de Haití no es un problema exclusivo de República Dominicana, sino que tienen que ser todos los países del mundo los que se sumen a las soluciones para que el problema no sea aún mayor.

En Buenos Aires, Abinader no esquivó el asunto y advirtió que esa inacción de la comunidad internacional está agravando la situación que viven los haitianos. Por ello, pidió una intervención y una actuación inmediata.

«Urgimos a que empiece a operar formalmente el comité de sanciones establecido en las resoluciones 2645 y 2653 del Consejo de Seguridad de la ONU, para que las medidas que unilateralmente han tomado algunos Estados puedan estar respaldadas por el marco vinculante del derecho internacional», dijo Abinader.

Por otro lado, denunció que nadie ha respondido al llamamiento que hizo su gobierno para la creación de una fuerza militar que permita a la Policía de Haití poder enfrentarse en mejores condiciones a las bandas criminales que controlan el país a través de la violencia. «Sin esa ayuda, podemos estar seguros de que seguiremos lamentándonos de los sufrimientos que aquejan a Haití».

Eso sí, Abinader, no rehuyó su responsabilidad en este asunto y dejó claro que República Dominicana continuará ofreciendo al pueblo haitiano, dentro de sus posibilidades, todo el apoyo, pero volvió a insistir que la solución a la situación de Haití no pasa porque lo resuelva República Dominicana.

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