Luis Abinader está haciendo algo que ninguno de sus predecesores ha logrado: colocar a República Dominicana en la política mundial de alto nivel. Todo ello lo ha logrado con un nuevo estilo de gobernar en el que se están superando las diferentes crisis económicas sin obligar al pueblo a pagar la factura.

Esto se demuestra en los resultados económicos del país caribeño, que están siendo analizados desde los más altos cenáculos del poder mundial y puestos como ejemplo de cómo salir de la crisis.

Lo mismo se puede decir de las estrategias implantadas para luchar contra la corrupción que la llevaron a ser ponderadas por el mismo presidente de los Estados Unidos. Las distintas reformas de la Administración de Justicia, algo que la gran mayoría de las potencias se niegan a hacer, la estabilidad social y económica, el crecimiento, el incremento de las exportaciones, el aumento exponencial del volumen de inversiones extranjeras en diferentes ámbitos, no sólo en el turístico, están haciendo que el mundo se fije en República Dominicana.

Sin embargo, la ciudadanía pondera las políticas internas y los resultados de las mismas. Abinader prometió en agosto de 2020, en plena pandemia, un gobierno del cambio y así lo está implementando con un paquete de medidas en las que los hechos se anteponen al populismo trumpista que pretende convertir cualquier anécdota en una crisis nacional.  

Los efectos de ese nuevo estilo de gobernar se demuestran en los índices de valoración y Luis Abinader, desde que se comenzaron a verse los resultados de su gestión, se ha afianzado en la vanguardia de la política mundial. Según un estudio recientemente publicado por Dataworld, el presidente de República Dominicana se sitúa en el Top-5 de aprobación presidencial.  

Estas cifras aplicadas a Luis Abinader tienen como fuente a la agencia internacional Gallup, la misma que realiza las encuestas en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y que no suele equivocarse.

Por debajo de Abinader se encuentran los dirigentes de las principales potencias del mundo como el presidente de los Estados Unidos, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, el presidente del Gobierno de España, el primer ministro de Canadá, el primer ministro de Japón o el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron.

En todos estos países, los poderes económicos, financieros y empresariales han conseguido frenar lo que está consiguiendo Luis Abinader y es la demostración de que otra forma de gobernar, la que da prioridad a las necesidades de la ciudadanía y disminuye las cifras de desigualdad, es posible.

Abinader lo está consiguiendo cuando aún no ha cumplido siquiera su tercer año de mandato. Además, lo ha logrado en un entorno de crisis global que afecta a todos los países del mundo, lo cual, por sentido común, indica que para República Dominicana lo mejor está por venir y que sería una irresponsabilidad frenar lo que ya está en marcha.

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