14.737 euros gastados en un puticlub por el antiguo director de Faffe, Fernando Villén, pueden costarle el gobierno en las próximas elecciones a Susana Díaz. Ni los recortes en sanidad, educación o el caso EREs le han hecho tanto daño como le está haciendo el caso de los gastos con fondos públicos en un conocido puticlub de Sevilla, Don Angelo. Si hace un año a Díaz le espetabas por la espalda “¡Que viene Sánchez!” brincaba del susto. Hoy cuando se necesitan mutuamente, lo que realmente da pánico a la presidenta de la Junta de Andalucía es nombrarle “Faffe-puticlub”. Tanto como para no aparecer por el Parlamento a dar explicaciones.

Sus socios de Gobierno, Ciudadanos con Juan Marín a la cabeza, han olido sangre y mandatados desde Madrid por Albert Rivera van a intentar acabar con el PSOE desde un aspecto más ético que por la corrupción que conlleva en sí el caso. Como pueden ver en el tuit de abajo, Marín se ha puesto serio y pide explicaciones con contundencia. No les valen, como tampoco les vale a PP, Podemos e IU, las evasivas del portavoz del gobierno de la Junta, Juan Carlos Blanco que desvía la atención porque son “gastos que supuestamente se habían hecho hace más de diez años”. El poseedor de la tarjeta que sirvió para tan magnos trabajos en favor de los parados andaluces, justo cuando la crisis era más sangrienta con la clase trabajadora, ya está imputado y pasará un tiempo a la sombra según parece. Pero todo el mundo quiere saber más. En los mentideros andaluces sólo se habla de “Faffe por aquí, Faffe por allá”.

Susana Díaz se atrinchera en San Telmo, pero sus perros de presa no están dando bocados, ni explicaciones. Javier Carnero, a quien le han pedido la dimisión por mentir, no supo explicar nada. Es más generó más dudas porque, producto de impericia para hablar, descubrió datos que no se poseían antes sobre diversos gastos en días que no cuadraban. Mintió porque saben perfectamente en el gobierno andaluz lo que hay detrás, tanto como para que al día siguiente se personasen a cancelar (se supone que con efectivo) los gastos de la tarjeta en el propio club de alterne.

Podrán decir lo que quieran en la Junta, pero es muy evidente que Andalucía quiere saber quiénes estaban en esa fiesta. No por una cuestión morbosa (aunque siempre hay un poco de ello) sino porque es un robo más a esa Andalucía que dice tanto defender Díaz cuando se quiere envolver con la verde y blanca. Cuando llora y clama ante el monumento de Blas Infante debería pensar en los gastos hechos en putas por compañeros suyos de partido. El PSOE gastando dinero en putas es manchar el nombre de la organización más antigua de España. Esa Andalucía que quiere encarnar como suprema líder carismática (algo que no consigue como es obvio) quiere saber quiénes se fueron de putas con el dinero de los parados que no tenían ni para comer.

Los nombres uno a uno para que queden retratados. Algo a lo que el PSOE no debería negarse pues la prostitución, ahora que hace charlas feministas en periódicos locales Díaz con Lina Gálvez, es una lacra contra la que su propio partido hace bandera del prohibicionismo. Es una cuestión ética saber quiénes van de putas con el dinero de los andaluces; quiénes gastan el dinero que debería haber servido para dar de comer a niños y niñas en los años terribles de la crisis económica; quiénes carecen de ética en el PSOE y son unos machistas y puteros para que sean expulsados; quiénes gastaron 15.000 euros (más otros 600 en una comida previa a la “fiestecilla”) sean quienes sean. Andalucía quiere saber y la Junta está obligada a hablar. Cierto que Díaz no gobernaba, que era una diputada pelada que había vuelto de no hacer gran cosa en Madrid, pero eso no le exime de la responsabilidad. ¿Qué les dirá a todas las feministas de su partido después de ocultar a los puteros del PSOE?

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here