En un texto de hace unos años, Ángel Guerra Sierra expone cómo el diablillo Nysrogoth sorprendió al tribunal de los demonios al haber conseguido avanzar, en favor del mal, gracias a la introducción de la banalización en las sociedades occidentales. En El imperio de lo banal, que así se llama el libro editado por Palabra, se habla de distintas banalizaciones operadas por el diablo (amor, alma, aborto, cultura, sexo, exterminio…), una de las cuales es la banalización de la injusticia, generada por las “implicaciones de los distintos proyectos políticos y económicos [capitalismo y socialismo] contrarios a la dignidad de la persona” (p. 70).

Esta reflexión es perfectamente aplicable a lo que Isabel Díaz Ayuso y su grupo de católicos pompier están haciendo con la Iglesia católica. Además de la evangelización y la parte sacramental, la acción de la caridad cristiana (la parte social) es algo consustancial a la Iglesia católica en cualquier parte del mundo. Incluido el Madrid de las cañas libres. Pero el catolicismo del PP, en su gran mayoría, es postureo (de ahí el calificativo de pompier). Son católicos, de puertas para afuera, en tanto en cuanto entienden que pueden rascar voto cristiano, pero a la hora de la verdad son tan agnósticos como puedan ser los de otros partidos políticos. Se olvidan siempre del mayor mandamiento que Jesús legó, amaros los unos a los otros.

Ossorio no ve pobreza porque está infectado de banalidad

Comenzó hace unos días esta lucha contra la doctrina social de la Iglesia el consejero y portavoz Enrique Ossorio. Negaba que hubiese la pobreza tal y como exponía el informe de Cáritas-FOESSA. Para utilizó un recurso tan estúpido como banal: él no ve a los pobres, ergo no existen. Pero como las meigas haberlos haylos. Tampoco ve a Dios y dice creer en él, le podrían haber replicado. Y si contestase que lo ve en todas las cosas que hay en la Tierra, ahí sería hombre muerto porque las personas también son obra de Dios y les niega como Pedro negó a Jesucristo.

Al no haber procesión, ofrenda o acto donde poder hacerse la foto, nada mejor que señalar a Cáritas (controlada por Podemos según el mamporrero de La razón) como entidad mentirosa que sólo hace esos informes con la intención de rascar dineros. Unos dineros que, obviamente, no les van a dar salvo que se plieguen a la espada del emperador. ¿Coacción o banalidad de la injusticia? Apuesten por ambas.

Los grados superiores de FP sin concierto

Esta semana se ha conocido que la Comunidad de Madrid quitará los conciertos a los centros que ofrecen los grados superiores de Formación Profesional. Medida que podría ser alabada como muestra de laicismo sino fuera porque llevan tiempo desmantelando los centros públicos por acción u omisión. Las Escuelas Católicas de Madrid ya estaban con la mosca tras la oreja con la Ley Maestra de Libertad de Enseñanza (ECM) de la Comunidad de Madrid –que no falte el recurso a la libertad de forma demagógica-, la cual, a ojo de Manuel de Castro, presidente de ECM, está muy lejos de la libertad que predican. “El cheque y el copago nos aleja de nuestro proyecto como escuela cristiana” afirmó el secretario general, José Antonio Poveda.

Ahora ECM ha vuelto a sacar un comunicado en relación a la muerte de los conciertos para los grados superiores de FP. En el mismo confirman lo siguinte: “Durante la mañana de hoy, la viceconsejera de Política Educativa, Rocío Albert, y el director general de Educación, Concertada, Becas y Ayudas al Estudio, Manuel Bautista, se han reunido con responsables de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) y de cada uno de los centros de FPGS concertados, con objeto de anunciarles que, a partir del curso que viene, sus centros quedarán privados del concierto, viéndose obligados a renunciar a la gratuidad de las enseñanzas de todo su alumnado”. Algo que, paradójicamente, es contrario a la Ley Maestra.

Cheque y clasismo

En realidad detrás de todo esto hay algo más que una política de cheques à la Friedman. Hay mucho clasismo y mucho “que se jodan” para las clases populares. Como dicen en el comunicado de ECM: “se producirá la baja de una gran parte de su población escolar, que no podría asumir los costes derivados de esa escolarización no gratuita, incluso contando con posibles ayudas individuales o cheques escolares”. Justo en el momento en que la FP es más necesaria que nunca en su ciclo superior, en la Comunidad de Madrid deciden acabar prácticamente con ella. No cabe dar una salida profesional a las personas, más cuando esos trabajos pueden ser encomendados a universitarios por dos euros.

La ECM, sin duda, pleiteará y vencerá como en 2017 en que el Tribunal Supremo declaró ilegales las supresiones. Pero lo que hay detrás, además del clasismo, es la banalidad de la injusticia (o hijoputismo que diría el columnista Zelemin). Da igual que sea la Iglesia católica, mediante la caridad, la que esté al frente de esos centros, cualquier atisbo de piedad o caridad es mal vista por los liberales libertarios. Porque mucho hacer el teatro de haber recuperado la vocación cristiana de Díaz Ayuso, pero en realidad es postureo para ganar votos. Una vez se tienen los votos el catolicismo sale por la ventana tan rápido como entró por la puerta.

El PP no es católico

Al igual que aquí se ha dicho que en Vox tendrán problemas para hacer confluir el libertarismo económico con el catolicismo de muchos de sus dirigentes (por no hablar del identitarismo), en el PP dicen ser católicos pero en realidad huelen, no a azufre sino a calvinistas y luteranos. En cuanto llegan las procesiones pegan codazos por aparentar ser más católicos que nadie, pero el evangelio no ha entrado en ellos. Estas gentes se asustarían si leyesen a Rod Draher y su La opción benedictina (Ediciones Encuentro). O simplemente leyesen a su “adorado” Juan Pablo II.

En la lucha entre lo católico y lo capitalista-libertario en la dirigencia del PP acaba venciendo lo segundo. Se banaliza la injusticia social en favor del puro materialismo. Sí, se dan algunos millones a la Iglesia a condición de que se entreguen a la causa del PP, pero en realidad es fariseísmo puro. Algo que demuestra el desprecio a Cáritas y a las Escuelas Católicas de Madrid cuando están ejerciendo la labor caritativa educativa y la denuncia del camino que está tomando el capitalismo en España y Madrid en particular. Cual Judas, Ayuso ha decidido entregar a la Iglesia al arroyo. A la Iglesia de los pobres, claro.

Post Scriptum. ¿Verán esta noticia en los medios que se declaran católicos? Ayer estaban mudos… es lo que tiene depender de la publicidad institucional.

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