Como ayer la atención mediática se iba a centrar en lo que sucedía allende las fronteras patrias no cabía el resumen de los dos años de Pablo Casado al frente del PP. Dos años, que en términos generales, se pueden calificar de fracaso absoluto tanto en los valores como en la práctica política real. Ni ideológica, ni políticamente el presidente pepero ha conseguido mejorar a M. Rajoy, ni a  Antonio Hernández Mancha, lo cual indica bien a las claras la futilidad de la elección contra Soraya Sáenz de Santamaría (Margallo dixit). Debe la ex-presidenta del gobierno estar acariciando un gato mientras sonríe en su sillón. Un gato o el famoso bolso presidencial de la moción de censura, el caso es que sonríe con total seguridad pues no se debería descartar su vuelta, apoyada por los poderes fácticos, a no mucho más tardar. A pesar de contar con el apoyo de toda la entente mediática, de la izquierda a la derecha (igual por motivos distintos), Casado está consiguiendo los peores resultados de la historia del PP y se encuentra acorralado por la extrema derecha allí donde ha logrado gobernar en alianzas infames. Nada que alabar por mucho que desde el propio partido (¡El aparato siempre a la orden del jefe!) loen a su presidente.

Nada mejor que comenzar con datos objetivos para ver cómo Fra-Casado está hundiendo el PP. En términos municipales, pese a que vendieron un gran éxito, la realidad es que bajo mandato de Rajoy el PP obtuvo 22.744 concejales (2015) mientras que Casado se quedó en 20.367 concejales (2019). 2.377 concejales menos y con suerte que se suman muchos municipios donde casi sólo se presentan PP y PSOE. En las elecciones europeas con Rajoy al frente en 2014 el PP obtuvo 16 eurodiputados, mientras que con Casado el número es de 12 euroactas. Cuatro menos. La última vez que Rajoy se presentó a unas elecciones, en junio de 2016, el PP obtuvo 137 diputados y casi ochomillones de votos (7.941.236), mientras que Casado en las dos eleciones de 2019, es decir antes de ayer, 66 diputados y 4.373.653 de votos en abril y 89 curules y 5.047.040 de votos. Tres millones por debajo del peor Rajoy, históricamente hablando, acosado por la corrupción de su partido por todos lados. En las autonómicas perdió 18 diputados su elegida IDA en Madrid (de 48 a 30 diputados); en Aragón perdió cinco escaños; en Asturias 1; en Baleares se dejó cuatro; en Canarias bajó dos diputados;  en Cantabria perdió 4; en Castilla-La Mancha, otro de sus colocados Francisco Núñez (que le imita dejándose barba), se dejó seis diputados; en Extremadura bajó ocho escaños, por cierto en estas dos regiones el PSOE ganó con mayoría absoluta, algo que olvidan en ABC constantemente; en Navarra no se sabe lo que ganó por el pacto Navarra Suma que aumentó sus escaños pero gobierna el PSOE-PSN; en La Rioja perdió 3 escaños y el gobierno; en Murcia se dejó 6 escaños; en Andalucía pese a gobernar perdió 7 escaños; en País Vasco ha perdido recientemente 3 escaños, pese a ir en alianza con Ciudadanos; y en el único sitio que ha vencido en unas elecciones, Galicia, nadie le ha apuntado la victoria a él, es más hasta se lo han reprochado exterior e interiormente.

Poco que celebrar Casado en el plano puramente electoral, pero tampoco en el plano de la política espectáculo, la ideología o los valores. Un personaje histriónico es lo que aparenta Casado a la imagen de todas las personas. Un personaje que sufre de mitomanía, que habla de cosas que a nadie le interesan (los muertos de ETA, por ejemplo), que hoy dice una cosa y mañana la siguiente, que es incapaz de argumentar algo sin recurrir al insulto, que demuestra tener menos conocimientos de los que dice tener por titulaciones (que están todas bajo sospecha, todo hay que decirlo), que se atreve de hablar de plagio del presidente del Gobierno escondiendo que él también ha plagiado textos (oficiales para más inri), un personaje que carece realmente de guión en la política espectáculo. Las personas en general le ven como un bufón que entretiene al respetable hasta que llegue el gran actor o la gran actriz. Un estólido más preocupado de las salvajadas que dicen a su extrema derecha que a desarrollar él y su equipo (ya se dijo que juntos no suman un cerebro capaz) un proyecto para España. De hecho, las únicas propuestas que ha hecho Casado están sacadas del manual político de la CEOE: bajar impuestos y desregulación total de las relaciones laborales. Es tan torpe que ni sirve para la reproducción a nivel político de las relaciones de producción. Hoy habla de libertad y todo el mundo es consciente de que no sabe de qué habla, como le pasa a IDA. Y eso en un político, pese a este mundo espectacular, es un déficit que no se corrige de hoy para mañana. O se tiene, o no se tiene.

No es un personaje de confianza en el plano de la batalla de ideas políticas, del politiqueo si lo prefieren, pero es que su incapacidad para lo intelectual o ideológico es casi peor. Le mandan a ver cabras por una cuestión simbólica de apoyo al campo (luego les machaca en favor de los deseos de Trump o la UE), pero no sabría explicar lo que eso significa, el mundo rural no ir a una granja de cabras. Aquí es donde aparece la personalidad soberbia y, por ende, psicológicamente reprimida en al no verse reconocido. No le doran la píldora en su propio partido, más allá de las cuatro personas que ha colocado (como ese senador amigo personal suyo que parece que va a ser empurado por corrupción), y fuera tampoco. Los medios cavernícolas, los de derechas-derechas, no le alaban y hacen más oposición que el propio PP. Aunque se inventen historias y tergiversen los datos, hacen oposición incluso ideológicamente. Lo de socialcomunistas es simbólico-franquista pero lleva una carga de profundidad ideológica en favor de los postulados de la clase dominante. Casado es incapaz de manejarse de este modo. Hoy dice que el acuerdo europeo es gracias a que él habló con los dirigentes del PPE (ni le descolgaron el teléfono los secretariados, porque el directo no se lo han dado para evitarse la turra), pero ayer mismo señalaba que España iba ciega y había que hacer lo que pedía el gobierno holandés. En términos tradicionalistas Casado sería doblemente felón, por compadrear con Flandes y por europeísta. Nadie sabe realmente ¿qué es Casado?

¿Es liberal? En lo económico es pura Escuela de Chicago, del “¡Sálvese quien pueda (pagárselo)!”, de la no intervención de los gobiernos en la economía salvo para, siempre hay un salvo para en los liberales, salvar empresas, bancos y cuentas corrientes. Mucha libertad de mercado pero hay que quitar patrimonio público para entregarlo a empresas (acumulación por desposesión) para que puedan existir. De ahí su fijación por el ladrillo en todas sus magnitudes. Cuando a un banco le va mal, a un banco de los grandes claro, hay que ayudarle para salvar el sistema (el sistema como escusa continuada) y si hay que destruir desde fuera y dentro un banco y quitárselo a los accionistas, como pasó con el robo y entrega del Popular al Santander, se hace. O como ocurre con la educación concertada, que no deja de ser pagar la escuela de ricos a los ricos, detrayendo recursos públicos en vez de invertir. O como ocurre con las autopistas de peaje o las subvenciones a las energéticas. El Estado no debe inmiscuirse en la economía salvo para hacer ganar más dinero, asegurándoles ingresos, a la clase capitalista. En lo ideológico, más allá de hablar de libertad, Casado no es liberal. En Ciudadanos son más liberales en ese aspecto pues apoyan los vientres de alquiler, el borrado de las mujeres por el transgenerismo, la legalización de las drogas y demás postmoderneces. Que si sacan tres votos más, no duden que Casado dirá que él inventó esas propuestas, pero realmente no defiende eso.

¿Es conservador? Tampoco parece que lo sea en lo ideológico. Los valores que dice defender el PP, más allá de un supuesto nacionalismo de olor franquista, no son conservadores en sí. En algún momento se atrevieron a atacar el aborto, algo que llevan clavado muy dentro porque si la clase trabajadora no puede pagarse el viaje a Londres que tenga el bebé, pero poco más. Muy de misa para aparentar, como el 90% de los católicos españoles, pero el papa Francisco les parece un rojeras. Ellos son más del anticomunista Benedicto XVI, porque Juan Pablo II también era anticapitalista como buen tradicionalista, y de entregar muchos millones a la iglesia para que esté callada. En buena parte sí es conservador (sólo existe un tipo de familia, el aborto es el mal, familias numerosas, mujer como cuidadora y criadora, elitismo, etc.) pero más por peso de la tradición que por firmes convicciones. Defienden cosas que defendería un conservador pero por simple electoralismo. En ese sentido, realmente, son bastante amorales (sólo hay que ver que ellos pueden encargar volquetes de putas y otros no pueden irse de vacaciones), carentes de ética (aceptan la corrupción como hace la borbonada, un pago por servicios prestados), entregados a la causa de la clase dominante y adaptándose a lo que más votos pueda conceder. A eso añádanle supremacismo, entrega al imperialismo estadounidense y al sionismo israelí y tendrán el juego casi completo de lo que representa Casado.

¿Qué es entonces Casado? Desde luego el superhombre nietzscheano no. Se acerca más al mindundis de Herman Melville. Aunque hay que decir que la ideología que más se acerca lo que ejecuta Casado sería el nihilismo. Nada en él es racional sino que toma del fascismo ese punto de irracionalidad y voluntarismo. Creacionismo junto a minarquismo, “salvo para” ya saben, con toques de empirismo idealista, que es lo mismo que decir que ofrece datos, descontextualizados siempre o inventados, para dar un poso racional/positivista a lo que dice. Alejado de la realidad en su visión política, es el esbirro fiel y atrevido (en el mal sentido) de la clase dominante. Por él volvería la esclavitud para la clase trabajadora, porque no son como él. Un soberbio que hace de la ejemplaridad, es decir, de ser el canon para todo (no en el sentido que le dio Javier Gomá al concepto de ejemplaridad), el centro del universo. El último que pensaba así está hoy fuera de la política criando un bebé e intentando ser lobista. Dos años de Casado que parecen un siglo por lo cansino que es, por lo metomentodo, por insultar a la inteligencia y por no tener ninguna capacidad propia. No vale para la gestión (¿se han dado cuenta que con todos los cargos que ha tenido en el PP le han mantenido siempre alejado de la gestión pública), no vale para pensar, pero sí para ser el perro de presa de la clase dominante española, de los intereses de EEUU e Israel. Hasta le gusta a George Soros por pactar con Vox (frente a las recomendaciones de la clase dominante global de que no lo hiciese) y con eso está todo dicho. Como dice la imagen que acompaña este artículo, le queda ilusión, la suya claro porque la de los españoles y españolas…

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