Una vez se ha decretado el luto oficial Pablo Casado se ha olvidado de los muertos, confirmando de esta forma esa necrofilia política utilitarista (cuando puede dar votos) que se denunció en estas páginas al comienzo del confinamiento. Ha abandonado a los muertos, es de esperar dada la mezquindad que anida en el PP que temporalmente, para pasarse a la economía idealista. Un tipo de economía que sólo ofrece datos sin tener en cuenta el contexto. Datos reales pero que descontextualizados acaban por parecer lo que no son. Para su infortunio nadie le sigue en su estupidez idealista. Los empresarios porque son más conscientes de ese contexto y por el apoyo que recibirán del gobierno actual (salivando por los millones que llegarán de la Unión Europea) y los medios de comunicación porque, no se olviden, trabajan al dictado de la patronal y no del PP para esos menesteres. Está, por tanto, sólo, fané y descangallao en ese relato de economía idealista. Si se le atisbase algún tipo de inteligencia podría exponerse que lo hace para asegurar que el dinero unionista se destine a la producción de los medios de la clase dominante, pero no es el caso. No que el dinero no se destine a ese fin, sino la inteligencia. Sin embargo, es curioso cómo dentro de la derecha ha comenzado la bronca entre las distintas partes y dentro de algunos partidos. Unos contra otras y otras contra unos porque, en realidad, no se soportan como sucede en los malos divorcios.

Primera bronca: dentro del propio PP.

Los medios han contado que la acusación de “terrorista” al padre del vicepresidente segundo, cuando había luchado contra una dictadura fascista, por parte de la marquesa popular habían sentado francamente mal. Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, fue quien se expresó de forma más clara en público y expresó que esas palabras “había sido desafortunadas”. A más quiso contextualizarlas expresando que con un gobierno “tan atípico” como el actual seguirles el juego era improductivo e impropio. Dos bofetadas en una, frente a un gobierno alborotador mejor no alborotar. Un moderantismo que suele utilizar extramuros de Galicia porque en sus intervenciones en el parlamento gallego también suelta sus perlas, especialmente cuando se enfrenta a Gonzalo Caballero. Pero vende moderación como quien compra a futuros.

Ese simple señalamiento ha sentado mal a Cayetana Álvarez de Toledo, quien no se ha podido reprimir y ha tenido que contestar. ¡Menuda es la marquesa para que un plebeyo le afee la conducta! Así la diputada popular ha contestado lo siguiente: “No comparto su valoración de mi intervención, no comparto su valoración de la situación del parlamento, ni del debate que se produjo la semana pasada en el parlamento. Entiendo que no le puedan gustar algunas de mis intervenciones y tiene toda la libertad de discrepar de mí […] Del mismo modo yo me tomaré la libertad de hacerlo si considero que es necesario”. Traducido al canallesco: “¡te vas cagar cuando te pille!”.¿Quién se habrá creído Feijóo para decirle algo a la libertaria (de libertad como impunidad)? En la mente del marquesado presidente del comunidad autónoma es menos que diputada y menos aún que noble. Un plebeyo osa señalar un mal comportamiento a una noble (no de mucha estirpe porque sólo tiene 300 años el marquesado) y recibe la respuesta normal de quien piensa en los demás como vasallos. Decía Boecio en su Consuelo de la filosofía que lo único bueno de la nobleza se encontraba si los descendientes de quien mereció el título ajustan su comportamiento al que sirvió para obtener la gloria. En el caso de Álvarez de Toledo no se atisba que haya un comportamiento propio de nobleza alguna y sí de barriobajera. Por eso el gallego se lo afeó pero no contaba con que ese sentido chulesco y altivo se volvería contra él mismo. Coman palomitas y disfruten de la pelea que tendrá más capítulos.

Segunda bronca: IDA contra Ciudadanos.

Lo anterior es una peleilla de patio de colegio en comparación a lo que está sucediendo en la Comunidad de Madrid donde los ladrillazos, nunca mejor dicho, sobrevuelan las reuniones del consejo de gobierno. En el período Cifuentes/Garrido se quejaban, con razón, en el PP del cuñadismo de Ciudadanos. Ese colgarse las medallas con lo bueno y ese criticar cuando venían mal dadas. Ahora en el gobierno pasa algo similar pero no por cuñadismo sino por la pelea constante que existe. Dicen que el gobierno estatal es doble pero desde los medios de la derecha callan que el madrileño es triple o cuádruple, si se cuenta a Florentino Pérez como consejero externo. Por un lado Isabel Díaz Ayuso y su turba, por el otro Ciudadanos intentando que no les salpiquen las ayusadas y la corrupción popular y por otro Vox azuzando lo que puede en comandita con la presidenta madrileña. Están tan acostumbrados a hacer lo que les da la gana en el PP de Madrid que en cuanto alguien, aunque se comparta gobierno, les dice que eso está mal, que eso no es ético, que eso se podría hacer de otra manera, les sienta a cuerno quemado. IDA es producto de la charca aguirrista y por tanto sigue sus métodos de ordeno y mando (y si no haces caso depuro y al gulag popular). De ahí que le quitase al consejero de Servicios Sociales, Alberto Reyero, el control de las residencias de ancianos. En cuanto, en un acto de valentía, el consejero contó lo que realmente pasaba y los chanchullos en contratos que había, purga. No extraña que Reyero haya dicho que la orden de Sanidad para que no se enviase a los ancianos a los hospitales le repugne y le parezca inmoral. Tragando bilis la presidenta se ha quedado.

Ignacio Aguado no es la persona más inteligente del mundo pero, cuando menos,  es prudente. Más allá de algún episodio cuñadista, propio de su partido Ciudadanos, desde que llegó al gobierno está intentando apagar todos los fuegos que va provocando la presidenta e intentando dialogar con las demás formaciones para ver cómo se salva la situación económica. Al contrario que IDA que no lee, Aguado habrá leído y escuchado a la patronal y sabe que sólo se sale de esta estando todos a una y no haciendo una guerra contra el gobierno central, aunque no haya exención de críticas, por eso convocó una reunión de todos los grupos parlamentarios a fin de ver cómo se gestionaba la comisión de reconstrucción. Para su sorpresa, o no, IDA y la extrema derecha no acudieron ni mandaron a alguien para, al menos, expresar los porqués del rechazo. No les gusta y no se juntan con Ángel Gabilondo, que como todo el mundo sabe es un radical peligroso, y menos con los bolivarianos. Demuestran que poco o nada les importan los madrileños y sí sus grupos de apoyo como la iglesia (¿por qué ha recortado 14.000 plazas en la escuela pública para dárselas a la concertada?), el sector ladrillero y los sospechosos habituales que quieren que les paguen sus negocietes, como el tito Florentino. Aguado no se opondrá a lo que digan desde la clase dominante, por eso le pusieron ahí, pero cuando menos quiere aparentar cierta normalidad democrática.

El problema para IDA es que no puede cesar a las gentes de Ciudadanos sin perder ella el poder en la Comunidad. De cesar a Aguado y demás consejeros naranjas, a los pocos días tendría una moción de censura que situaría a Aguado como presidente madrileño apoyado por PSOE y Más Madrid. Ya se vería si gobierno de coalición liberal-socialdemócrata o de otro tipo, pero un gobierno en el que IDA y el PP no estarían. Quedarían al lado de sus amigos de la extrema derecha con los que tanto comparten y a los que imitan en numerosas ocasiones. Por eso no se atreve a dar el paso porque es su muerte política. Salvo que convoque elecciones nuevamente que es la salida que parece estar buscando con tanta bronca. Pero las elecciones las carga el diablo y las disparan los idiotas. Si cree que teniendo a El Mundo atizando a Aguado (ahora le llaman cortito desde algunas tribunas) le puede llevar a ganar con mayoría absoluta y que lo de su apartamento o lo que ha ocurrido en las residencias se olvidará es más tonta de lo que se pueda pensar. Si convoca elecciones lo hará contra Ciudadanos y será una pelea dentro de la derecha que podría ser aprovechada por la izquierda para desbancar a la derecha. No se crean todas las encuestas que se publican porque los votantes del PP piensan lo mismo que los demás de IDA y si convoca elecciones porque Ciudadanos actúa de forma ética y persiguiendo la corrupción igual, sólo igual, se llevan más votos. Eso sin contar lo que le quitaría la extrema derecha señalándoles de corruptos, maricomplejines y asesinos de ancianos. De momento compren más palomitas y a seguir la función.

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