El diputado de Podemos, Pablo Echenique, ha caído en lo mísero por defender a su jefa de filas Irene Montero. Como buen totalitario en el hacer, aunque se disfracen de pijos progres, ha sacado toda la mala baba de la que es posible un comisario político para lanzarse contra el movimiento feminista. Nuevamente Podemos vuelve por sus fueros, sólo elles tienen el saber para decidir qué es feminismo, qué es izquierda, qué es cualquier cosa que se les ponga en las vulvas o los cojones (que para eso son muy de machos azotadores). Para ello no importan los calificativos, ni los insultos. Como buenos totalitarios tienen que deslegitimar a su oponente hasta el punto de situarle fuera del espectro de ser humano.

Decenas de miles de feministas llegadas desde toda España se han manifestado frente al ministerio de Igual-da solicitando la dimisión de Montero. ¿Por qué se preguntarán ustedes si la ministra (o menestra à la Garzón) dice que es feminista? Porque el feminismo de Montero y todo el universo podemita (donde están incluidas les gentes de IU) no es tal, es lo que parte del movimiento LGTBIQXZTEBF quiere que sea el feminismo. O lo que es lo mismo el borrado de las mujeres, el género fluido de las parafilias de los hombres o que las lesbianas tengan que comerse una polla lesbiana. El feminismo fluido o queer no es feminismo porque deja fuera a las mujeres, de ahí que decenas de miles se hayan manifestado contra la pseudofeminista y su panda de las infusiones de rooibos a cien mil euros al año. Contra la ley transgenerista (que es muy distinta a transexual). Contra la manipulación totalitaria de lo queer. Contra los vientres de alquiler. Y a favor del 50% de la población mundial a la que se quiere volver a someter.

Y como fuese que la manifestación ha sido todo un éxito –la ministra no es capaz de convocar ni a los siete enanitos de Blancanieves-, el Reichsführer de las Schutzstaffel moradas ha salido a indicar a las huestes podemitas a quién tenían que atacar. Como los nazis cuando señalaban a los judíos. Lo primero que ha hecho el mísero Echenique ha sido intentar minimizar la manifestación al calificarla de “pequeña concentración”. Ya saben que si se reúnen siete de Podemos y de IU ya son “increíbles olas de cambio”, mientras que si reúnen más de diez mil mujeres (o españoles, o socialistas, o peperos, o lo que sea que no sean elles) es una concentración pequeña. Y por si fuera poco ha sumado que también era contra los derechos humanos. ¿No son humanos los derechos de las mujeres?

No contento con eso Echenique ha reincidido al calificar a las feministas de “basura transfoba”. Así que el 50% de la población española es una basura, mientras que el 0,68% son el sujeto del feminismo. Ni los nazis llegaron a tanto. Con el culo rojo después de que haya tenido que dejar su escaño (por sentencia firme) su diputado por pegar a un policía; después de descubrirse que Yolanda Díaz tiene pactado con la Comisión Europea la reforma laboral, la cual debe gestionar junto a Nadia Calviño; después de ver que la gente tiene claro que las personas de Podemos están en política para llevárselo crudo; que las mujeres se hayan rebelado contra la misoginia institucionalizada que es Podemos (Echenique demuestra su misoginia con los calificativos) supone que se quedan huérfanos de apoyos. Al menos les quedan los ginefílicos y la chupipandi de a 100.000 euros.

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