Como sucedió cuando Vox apareció abruptamente en la escena de la política espectáculo, algunos medios de comunicación –autocatalogados de progresistas (si es que cabe esa catalogación)- se han lanzado a publicar todas las ocurrencias de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Es cierto que son muchas sus estupideces, pero si alguien piensa que no están preparadas para conformar un “agregado contraprogresista” es que no ha entendido nada de política. Haciendo uso de las técnicas que han utilizado diversos populismos, a derecha e izquierda –por mucho que moleste a Gabriel Albiac esa topología política-, o directamente usando la demagogia simbólica, la presidenta madrileña no intenta utilizar el raciocinio (no sabría en sí) sino que juega con otros componentes muy útiles en la política espectáculo.

Entre los medios que entran en la trampa de Ayuso destaca sobremanera El diario de Ignacio Escolar. De hecho su propio director es especialista en “mover” los docudramas ayusianos y poner el dedo, no en la llaga que sería lo propio de un periodista, sino en lo anecdótico, en lo simbólico, en lo estúpido… Con ello no provoca el rechazo buscado y anhelado sino todo lo contrario. Gracias a personajes como Escolar o Antonio Ferreras (entre otros muchos) Ayuso está consiguiendo lo que en principio no debería por su propia capacidad y su acción política, conseguir la adhesión de un núcleo muy fuerte de personas del centro-derecha, a la par que se acaba molestando a numerosas personas del centro-izquierda. Más allá de ensoñaciones republicanas, el periódico de Escolar parece estar trabajando en favor de Ayuso como si George Soros –que tiene contactos “amables” con José María Aznar– estuviese no sólo financiando sino estableciendo la agenda del periódico.

En los últimos días Escolar ha destacado por hacerle el juego a la presidenta pepera. Lo primero sacó un artículo donde afirmaba que iba a proyectar la bandera de España en la casa de Correos de la puerta del Sol la nochevieja. Un artículo que se lanzó como si aquello fuese una afrenta más de los “fachas” hacia la España de las “taifas nacionalistas” y arriquitaun. ¿A quién le importaba que se proyectase la bandera de España en España? ¡Ah! Es porque intentan apropiársela los partidos de derechas. Llevan haciéndolo desde hace décadas pero a las personas normales eso les importa bien poco. De hecho a muchas personas de izquierdas les gusta la bandera de su país (algo completamente lógico, por otro lado). Lo que consigue con ese tipo de artículos Escolar es que realmente la bandera acabe siendo de una parte y no del todo. En vez de construir un pensamiento ciudadano dando valor a los símbolos comunes, que es lo que sería medianamente progresista, se juega a la confrontación… porque sale rentable, como se verá más adelante.

No contento con eso, en su periódico se pusieron a investigar el porqué de la no emisión por parte de RTVE de la canción contratada por el Ayuntamiento de Madrid a Nacho Cano como supuesto homenaje a las víctimas del coronavirus (nuevamente la necrofilia pepera en danza). Si hubiese leído la frase anterior en vez de lanzarse a primicias banales, habría entendido que era una cuestión de un ayuntamiento, por ende de una diezmilésima parte de un todo más grande, para sus propios ciudadanos. No era para todas las personas de la Comunidad de Madrid, en principio aunque se lo tuvieron que tragar, sino sólo para los habitantes del municipio de Madrid, que por mucha capital que sea, es un simple municipio más. ¿Por qué alguien de Tobarra tiene que aguantar las cosas de madrileños simbolizadas como si fuesen de todos los españoles? Existe un cansancio bastante grande en buena parte de España por ese exceso de centralismo noticiero que siempre cuela como interés general lo que es particular de una región o un municipio. ¿Hubiese habido ese mismo escándalo si el Ayuntamiento de Sevilla, como capital andaluza, hubiese ofrecido una canción de No me pises que llevo chanclas que no ofreciese RTVE?

Y luego ayer, para rematar la fiesta, aparece Antonio Maestre para dar más aliento a Ayuso con su artículo Los imbéciles de la bandera. Sólo con el titular ya ha dado cien votos más a Ayuso. Intenta racionalizar el tema de la bandera, incluso afirma que nadie prestó atención a la proyección de la bandera –como seguramente pasase-, pero calla que si no es por la insistencia de algún periódico como en el que trabaja de intentar escandalizar con el tema. Si primero dicen que “los reaccionarios” van a poner la bandera, no vale quejarse si esas mismas personas se quejan por no haberse visto en RTVE. Quienes alentaron el debate y la dilemática fueron las gentes de El diario. Si existen “tontos de la bandera” es porque hay “tontos del teclado” en demasiadas ocasiones. Además que utilizar un insulto ad hominem no es desde luego mostrar ser un intelectual con conocimientos y cabeza.

Dice Maestre: “La razón fundamental de tamaña afrenta es que la izquierda es la antiespaña (sic) y se avergüenza de la bandera que la reacción se encarga en ubicar en los lugares que la tradición, que tanto dicen amar, jamás había reservado para la enseña nacional. Una reminiscencia del mismo pensamiento reaccionario que lleva hostigando ochenta años España”. El problema no es que se coloquen banderas donde antes no se hizo, por raro que le parezca a Maestre toda tradición tuvo un primer día, no es algo que estuviese ahí por mandato divino –como parece querer decir-. Sin entrar en el hostigamiento del pensamiento reaccionario –llevan bastante más de ochenta años si se recuerda a Donoso Cortés-, sí que es cierto que el patriotismo es algo más que una bandera y no es exclusivo de nadie, pero molestarse porque proyecten una bandera del propio país es de género idiota. De hecho como hicieron, los mismos en su momento con Vox, lo que hacen es alimentar a Ayuso constantemente con estas estupideces que tienen un simbolismo que en ese periódico no llegan a entender.

Como hicieron con Vox están alimentando a la bicha… porque les interesa empresarialmente. Cuanta más confrontación más posibilidades de obtener muchas visitas a su web. Y más visitas supone más dinero en publicidad, en subvenciones, en aportaciones de socios. En definitiva más dinero para ellos y ellas. Y no sólo eso, sino que más escándalos, aunque sean inventados y no reales, al ponerse al frente de ellos supone más apariciones en televisión y seguir haciendo caja (en este caso de forma personal). Hay que aparentar que se es muy de un lado para granjearse las visitas de las personas a las que se ha situado a ese lado con campañas como las de las “tonterías de Ayuso”. Un mecanismo inconsciente muy antiguo y que desde El diario utilizan con frecuencia. Se sitúan con los valedores de la sacrosanta verdad y sitúan a unos y otros como amigos y enemigos, porque más que un tiempo adversarial lo que les da beneficios es un tiempo agonístico de amigo-enemigo. Por eso Maestre califica a los del PP de reaccionarios, para excluirles de la verdad, enfrentar y hacer caja. Por ello trabajan para Ayuso, como trabajan para otros partidos que también viven bien en la confrontación. A la presidenta madrileña lo que hay que hacer es ignorarla por completo. Sin foco mediático es nada. Y sin foco mediático que la victimice, su propia gestión enfadará a las personas. Pero no conviene, ni a unos, ni a otros. Y para todo lo demás acaban echando la culpa a Pedro Sánchez.

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