Hoy 28 de diciembre está más cerca que nunca la remodelación ministerial que exige la Unión Europea en vistas a la reducción de los cargos. Por ello el vicepresidente segundo se ha aprestado a negociar con Pedro Sánchez la inclusión en una de las vicepresidencias a su pareja Irene Montero. El dirigente de Podemos ha explicado al presidente del gobierno que sería una forma de reforzar la imagen de la ministra de Igualdad en vista de la mala imagen que se ha granjeado entre el movimiento feminista y la izquierda en general. Necesitada de un empujón político, que en la caso de buena parte del PSOE sería hacia la puerta de salida, Pablo Iglesias quiere que no sólo no le quiten sino que le hagan vicepresidenta. Esta propuesta ha sido realizada tras consultar Iglesias con el consigliere monclovita Iván Redondo, quien ha dado su visto bueno entusiasmado con la imagen de mujer pija que proyecta la ministra.

Sánchez, según cuenta la fuente del Berro, ha decidido que sí la incluirá como vicepresidenta en la próxima remodelación de gobierno. Así tendrá a Montero y Montero como portavoz y vicepresidenta y podrá disfrutar de los equívocos que cometan en la prensa confundiendo a una y otra. A cambio de incluir a la pareja, el presidente ha pedido que Iglesias abandone el gobierno pues la reducción de vicepresidencias a tres sólo deja una a Podemos. El podemita ha aceptado pues lleva tiempo queriendo abandonar la política para dedicarse a escribir el gran libro sobre la subjetividad simbólica de la fenomenología de la materia que tanto tiempo lleva anhelando. Quiere encerrarse en Galapagar dejando a su sustituta colocada y así poder controlar desde fuera al gobierno y dedicarse a esa pasión escritora, además de ver todas las series que existen en el mundo para lo que se ha abonado a todos los canales que ofrecen su cobertura en España.

Tras la salida de Iglesias del gobierno, también saldrán del mismo Alberto Garzón, Manuel Castells, Pedro Duque, Luis Planas, José Manuel Rodríguez Uribes, Carmen Calvo, Teresa Ribera, Juan Carlos Campo, Fernando Grande-Marlaska, Isabel Celaá, Carolina Darias o Reyes Maroto. Suenan como sustitutos y sustitutas Enrique Santiago o Adriana Lastra. Reducir al mínimo el equipo ministerial para ser más eficaces en la gestión pero sin dejar de tener a personas que estén peleando todo el día por cuestiones que son muy llamativas pero cuya ineficacia es total. Una nueva composición que alegra a Iglesias pues no perderá todos los cargos que tienen colocados en su vicepresidencia, ni los del ministerio de Montero y que sumará al Consejo a un infiltrado como Santiago sin tener que mancharse y con plena libertad de movimientos en el Congreso de los diputados.

Una remodelación casi completa que es del gusto de Sánchez y de Iglesias y que esperan llegue a cumplir los tres años de legislatura que faltan. Todos contentos haciendo lo que más les gusta y a esperar tranquilamente que lleguen las elecciones con una derecha destrozada en sus batallas cainitas. Tampoco han descartado en ese acuerdo, según fuentes muy buenas, acabar con Felipe de Borbón y dar paso a una república con Sánchez de jefe del Estado e Iglesias presidente del gobierno, algo que confirmaría todas las sospechas que la prensa de derechas viene publicando en los últimos tiempos. Es más, en conversaciones entre Sánchez e Iglesias se ha podido escuchar un término como dictadura del proletariado (aunque aquellos ni sepan lo que significa) y no sé qué de hacer un gulag en Ciudad Real. Cuestiones todas muy preocupantes si no fuera porque hoy es 28 de diciembre y quien escribe estas líneas no tenía ganas de analizar las estupideces comunes de los políticos.

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