Algunas personas parecen no haberse dado cuenta de los cambios habidos en los estatutos y el preceptivo reglamento del PSOE. Ese parece ser el caso de la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, que o bien ni se los ha leído, o bien sigue con una mentalidad “caciquil” y hace de su capa un sayo obviando los procedimientos democráticos. Se dice politóloga pero se desconoce la especialidad realizada, aunque visto lo visto parece que la de estudiar democracias no ha sido. En algunos territorios, según denuncian los militantes, parece que siguen con las viejas formas, que por mucho que Guillermo Fernández Vara parezca amigo del presidente del Gobierno, al final actúa como toda la vida.

Todo sucedió en la Asamblea convocada para elegir candidatos en Plasencia, algo que está ocurriendo por toda España en las agrupaciones del PSOE. Según nos cuentan quienes allí estuvieron, nada más comenzar la Asamblea Extraordinaria convocada al efecto antes reseñado, se decide que sólo se vote una lista con 60 nombres propuesta por la Comisión Ejecutiva Municipal. Sin listas abiertas, tal y como estipulan los estatutos, ni nada de nada. Por aclamación y porque a Martín parece que le venía bien así en ese momento. El escándalo es tremendo y surgen las primeras discrepancias, como era lógico, para que se sigan los procedimientos marcados por el reglamento del PSOE. Nuria López toma la palabra para pedir que no se cambie el orden del día, que viene mandatado desde arriba, y se proceda a elegir a los distintos compañeros según el procedimiento marcado, esto es, listas abiertas.

No quiere la secretaria general placentina aplicar el procedimiento establecido porque, según nos cuentan fuentes extremeñas, “igual no salen los que ella y su jefe quieren”. De ahí que haga de su capa un sayo y se lance a inventarse nuevas normas, “con malas formas” según nos cuentan asambleístas. El hecho definitivo para comprobar que no estaba en su ánimo el seguir el procedimiento tal y como marca el reglamento y como se está haciendo es toda España, menos en Plasencia obviamente, es que no había papeletas preparadas para votar al mismo número de mujeres que de hombres. La no existencia, sabiendo ya los nombres por anticipado pues según circular del PSOE se debían comunicar con 24 horas de antelación, de esas papeletas muestra a las claras la “actitud caciquil” que aún persiste en algunos lares de la socialdemocracia extremeña.

De resultas del atentado contra la democracia, invocando como hacen los independentistas catalanes la “soberanía de la Asamblea”, un grupo de militantes han presentado impugnación contra el crimen cometido por Martín contra las bases mismas de la vida partidaria. Nuria López, Felipe Hurtado, María Nieves Esteban y Juan Francisco Monterroso firman un documento pidiendo la “impugnación de la Asamblea celebrada en Plasencia el día 1 de marzo de 2019 con carácter Extraordinario y TODOS sus acuerdos”, pues Martín y su séquito han vulnerado los artículos: 351.3 del Reglamento Federal (“En las Asambleas Extraordinarias sólo podrán tratarse los asuntos fijados en el orden del día de la convocatoria. En ellas no se procederá a la lectura ni aprobación de actas de las Asambleas anteriores”). A esto habría que sumar que en diversos artículos (291, 298…) se advierte claramente que se debe votar en listas abiertas: “En las agrupaciones, en asamblea extraordinaria convocada al efecto, podrán proponer nombres de candidatos/as en el ámbito provincial, a la comisión ejecutiva provincial o insular respectiva o, en su defecto, a la comisión ejecutiva regional o de nacionalidad. El sistema de propuesta se realizará por medio de listas abiertas”.

La presidenta de la Asamblea de Extremadura da ejemplo de poco respeto por la democracia y todo ello a pocos meses de las elecciones autonómicas y locales, donde el recuerdo de estas actitudes caciquiles y poco éticas, al menos en consonancia con los valores que dice defender el PSOE y los que supuestamente ha debido aprender durante la carrera, sí que quedan en la mente de las personas. No hay comunicación sobre la resolución del conflicto aún. Pero no sería de extrañar que en Extremadura, donde parecen vivir en un mundo aparte para muchas cuestiones (no sólo el tren), Fernández Vara siga haciendo como se ha hecho toda la vida. Dedazo y “p’adelante”. Con lo fácil que es respetar la democracia cuando se tiene un reglamento que te permite modificar lo que desees legítimamente.

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