El desorden territorial es una de las causas que suman a los problemas que afectan en cierta medida a los pueblos. En las zonas urbanas por citar un caso, cuando no existe una coherencia y un control en las construcciones tienden a general caos tanto en el transporte, como en la contaminación ambiental, inclusive en ocasiones, en la vida recreativa a la intemperie.

En el ámbito rural, por ejemplo, puede significar un problema para la agricultura, la preservación de los recursos naturales que en ocasiones pueden ser deteriorados para dar paso a construcciones que solo pueden contribuir en lo económico, pero que pueden dejar a un lado la vida digna que merece toda población.

En la estructura territorial al igual que todo en la vida, se necesita de organización para lograr buenos resultados. El presidente Luis Abinader esto lo tiene claro, por eso ha promulgado en la República Dominicana la Ley núm. 368-22, de Ordenamiento Territorial, Uso de Suelos y Asentamientos Humanos.

Desde hace décadas en el país caribeño con relación a los asentamientos humanos, no existe una colocación planificada, a tal punto que en la actualidad todavía miles de personas viven en terrenos que no cuentan con títulos de propiedad, situación que el mandatario dominicano ha ido resolviendo, al proporcionarles sus referidos documentos.

La mencionada Ley busca terminar con esta práctica, ya que cuando los asentamientos se hacen de manera no organizada las consecuencias no siempre tienden a ser las mejores. Con relación a esto, la norma establecida determina que los asentamientos humanos solo podrán efectuarse en terrenos titulados, donde la pauta del uso del suelo lo apruebe. De no cumplir con lo establecido la Ley dota de autoridad a los gobiernos municipales de poder castigar el incumplimiento.

Este principio al igual que otros, ante su aplicación y la obtención de efectos, necesita tiempo. Toda transformación verdadera conlleva consigo una línea temporal. Unos que otros ofrecen resultados a corto plazo, pero otros necesitan de periodos más extensos.

En este caso por ejemplo no representa resultados de la noche a la mañana, ya que, no es cuestión de magia y quien diga todo lo contrario se basa en el populismo. Se necesita de análisis, planificación y ejecución. Lo que si es cierto es que el paso que ha dado el mandatario dominicano constituye un éxito para el futuro de la Republica Dominicana. Esta acción demuestra el compromiso de Abinader con su pueblo, ya que desde el 2010 estaba pendiente de que se cumpla esta Ley, según un mandato del artículo 194 de la Constitución de la República.

Este estatuto representa una diversidad de beneficios que sin duda aportarán con la obtención de objetivos para el progreso del país en distintas áreas. “Esta disposición normativa regula el uso de suelo y crea las herramientas jurídico-administrativas para la formulación de planes de ordenamiento territorial a nivel nacional, regional y municipal, los cuales deberán ir cónsonos con intereses medioambientales, culturales y de desarrollo sostenible”.

¡Así se hace patria!

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