José Luis Huerta, dueño de Waiter Music –empresa clave en la trama Púnica para el saqueo de la Comunidad de Madrid-, ha fallecido hace escasos días a causa de una enfermedad que no ha trascendido. Llevaba tiempo enfermo, según cuentan, y no afectará en nada a la instrucción pues lo que dijo “ahí queda”, les ha faltado decir. Y ¿lo que no ha dicho? O ¿lo que pudiera decir durante el juicio? Lo que asombra es que el finado es uno más a los que añadir a una larga lista de fallecidos vinculados al PP o del PP e implicados en casos de corrupción. Bien por supuesto suicidio, bien por supuesta enfermedad hepática, bien por fallos cardiacos, van cayendo de uno en uno como en la novela de Agatha Christie “Diez negritos” (aunque ahora sea políticamente incorrecto llamarla así).

La letalidad de los presuntos corruptos y/o corruptores del PP es asombrosa. Tanto como para haber llamado la atención del presidente ruso Vladimir Putin quien, a no más tardar, se reunirá con Pablo Casado para preguntarle por la fórmula mágica para acabar con las personas molestas. El jefe ruso leyó un artículo que se publicó en estas páginas –como ex-integrante del KGB sabe español y lo que haga falta- y se quedó pensativo con la facilidad del PP para que se le mueran los problemáticos. En febrero consiguieron que Enrique Olivares sufriera un ictus y quedase incapacitado y sin poder testificar en relación a las cloacas del Estado. Y algo así, que sucede año tras año, le interesa mucho a Putin para acabar de una vez por todas con Alekséy Navalny al que los venenos parecen no afectarle. Tanto que tras pasar varias semanas en coma ha despertado con mejor aspecto que antes de ser envenenado. Un prodigio que hace sospechar al dirigente ruso que debe ser de otro planeta, tipo Superman, o que los estadounidenses han conseguido algún tipo de transformación genética para opositores rusos.

La reunión se producirá en una de la mil Dachas (o más) que posee Putin, donde tras degustar los más excelsos manjares que ofrece Rusia, departirán sobre la materia que le interesa. Casado le dirá que gracias a sus muchos estudios, tantos que ni se acuerda de cuántos, ha podido desarrollar un entramado de médicos, investigadores y policías afectos para hacer que las personas peligrosas para su partido sufran enfermedades mortales o se suiciden. Para esto último ha diseñado Casado el turri-whatsapp, que es una cadena de mensajes de audio con él cantando y contando sus mil historias de sus viajes y estudios por medio mundo. Lo cual hace que, con tal de no soportarle, acaben optando por el suicidio. De hecho le contará que ya tiene entre ceja y ceja a Francisco Granados quien podría sufrir un accidente de tráfico si tiene intención de hablar.

Sí, es falso todo lo anterior, pero no dirán que es sumamente plausible según las premisas que nos lanzan los medios de comunicación. En el PP siempre suceden las cosas sin que se sepan en la dirección y de forma natural. Curiosamente de todos los afiliados del PP se tiene que salir de la carretera justo ese que está implicado en un caso de corrupción. De todos los implicados en casos de corrupción son los amigos empresarios los que acaban mal. Una suerte para el PP que les pasen siempre estas cosas que ya comienzan a ser sospechosas. Si se piensa bien, una vez que han conseguido poner a altos mandos de la policía a acabar con partidos políticos (Podemos), con ex-gerentes, con empresarios, cabe la posibilidad de que hayan ido un paso más allá ¿o no?

También es cierto que la reunión jamás la plantearía Putin porque los envenenamientos que dicen los medios de comunicación occidentales son mentira. Resulta que Navalny se intoxica con una sustancia que se encuentra en los herbicidas (¡anda esto no lo han contado en sus medios españoles!) y ya se le achaca a Putin. Si lo piensan fríamente para un tipo poderoso como el ruso sería más sencillo provocarle un accidente o hacerlo desaparecer para siempre en la tundra siberiana. Dos días de medios occidentales quejándose de no se sabe bien qué derechos humanos –esos que no existieron con los presos de la Baader-Meinhoff o las falsas Brigadas Rojas que asesinaron a políticos italianos en nombre de la CIA y la mafia- y al siguiente tema candente. Lo que jamás le cuentan los medios occidentales es que Putin si está preocupado es del Partido Comunista de la Federación Rusa, verdadero núcleo opositor que está ganando terreno y elecciones regionales y locales por todo el Estado. Como tampoco les cuentan que la oposición a Lukashenko en Bielorrusia es también el PCdB y no los cuatro tolais que les enseñan de forma prefabricada en los medios para engañar a la opinión pública y que no vea mal una invasión o armar a grupos nazis.

Como todo son engaños y mentiras ¿por qué no podrían reunirse Casado y Putin para hablar de cosas de muertos? Añádanle que la necrofilia del pepero es por todo el mundo conocida. No hay cosa que le guste más que un muerto con el que culpabilizar a cualquiera. De hecho no sería extraño que por las noches cogiese las portadas de muertos de sus periódicos de cabecera para frotarse con ellas antes de otros actos amatorios. Ante noticias del oriente europeo no se crean la mitad de lo que les digan, aún menos las imágenes que son al 99% prefabricadas –especialmente si aparece Bernard-Henri Levy tiene casi un 100% de probabilidades de ser una imagen falsa y un movimiento financiado por la CIA-. Lo que no es mentira es que al PP se le mueren los corruptos que da gusto… tienen suerte hasta para eso.

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