El asesinato por parte de la policía estadounidense de varias personas negras ha sido condenado por todos los magnates del orbe. No ha habido ninguno que, aprovechando lo mediático del Black Live Matters, no haya dejado su preocupación, su lamento y su indignación contra los sucedido en EEUU. Al fin y al cabo no piensan establecer ningún veto o sanción económica contra la potencia imperial, en ocaso pero imperial. Las sanciones se dejan para un país que poco o nada puede hacer militarmente como Cuba; para un sátrapa como en Venezuela; para alguien que da miedo económica y militarmente como Rusia; o como un país donde se quiere entrar a quitar de lo público todo lo posible para entregarlo a las empresas capitalistas y situar bases de la OTAN ante las puertas del imperio putiniano, como Bielorrusia. Es geopolítica bajo los deseos imperiales de EEUU y tragan todos los países europeos. Todos. Con China, al haber demasiados enlaces económicos y deudas a pagar se la envainan.

Ahora bien, ya que de lo que se trata es extender la democracia y el bienestar, según el modelo occidental, o lo que es lo mismo someter a los demás pueblos al imperialismo económico capitalista estableciendo una axiología de recursos humanos y naturales y beneficios ¿por qué no se interviene en países donde no hay democracia y se asesina impunemente? Las cifras de asesinatos en Colombia por parte de los aparatos represivos del Estado (legales e ilegales) son impresionantes. Los cuatro envenenados que dicen que ha propiciado Vladimir Putin en Rusia es un islote en un océano de sangre derramada con un claro fin político. Acabar con cualquier posición de izquierdas reivindicativa que pida algo tan sencillo como acabar con la corrupción, racionalidad en la vida democrática y crear una especie de Estado de bienestar estilo europeo. En Colombia se pueden ver carreteras con doscientos metros no terminados porque se acabó el dinero. Llaman autopistas, por las que cobran, a lo que en España se llaman carreteras provinciales y ni eso a veces. Se permiten a las mafias de la agricultura campar a sus anchas para amenazar a agricultores para que acepten los precios de compra de los productos, obteniendo rendimientos del 1000%. En ocasiones estas amenazas acaban en muertes de los dirigentes paperos que se niegan a tragar con esas amenazas constantes. No son ejemplo de nada, pero su clase dirigente es el caballo de Troya de la CIA para toda Latinoamérica.

No toda esa violencia comenzó con Álvaro Uribe, Colombia por la guerra civil entre guerrilla y ejército, entre narcos y ejército o paramilitares, o entre paramilitares y ejército y narcos, carece de Estado en sí. Tiene algunos aparatos represivos, que no sirven de mucho porque si se tiene dinero no se suele acabar nunca en prisión, como mucho la eufemística “casa por cárcel”, pero no hay más. El Estado ni policial, ni judicial, ni democráticamente llega a todos los rincones del país. Un Estado fallido penetrado de las mayores vilezas que se puedan imaginar. Pero muy beatos todos. Con Uribe no comenzó la violencia pero se hizo más sangrante contra las personas de izquierdas por el simple hecho de protestar, pedir cosas que son normales en Europa o simplemente no morir de hambre. Algunos dirán que el ahora imputado expresidente colombiano, gran amigo de José María Aznar y de George Bush, logró la paz con los paramilitares… normal ¡él había montado los cuerpos, los apoyó y los deshizo cuando observó que se dedicaban a matar y extorsionar incluso a los ricos! Con Juan Manuel Santos, hijo abandonado del uribismo, siguió la matanza de sindicalistas y dirigentes sociales, pero terminó su mandato con el final de la guerra civil con la guerrilla. Nobel de la paz lleno de sangre de falsos positivos y sindicalistas muertos. Ahora Iván Duque, hijo predilecto del uribismo, tiene ya sus miles de muertos a sus espaldas. Por desgracia para él no tiene guerrilla o paracos con los que poder despistar. Ahora los muertos se ven claramente como el asesinato policial de hace dos días.

No es nada nuevo esa violencia, como se decía, en el siglo XXI han muerto a manos del Estado y sus cloacas cerca de 15.000 activistas sociales y sindicalistas. Allí donde hay un sindicato que protesta por las condiciones de semiesclavitud –así es la legislación colombiana que nunca se cumple (niñas y niños trabajando)-, es casi seguro que haya una muerte al poco tiempo. Bien por la propia policía/ejército, bien por cuerpos parapoliciales. ¿Cuántas condenas se han visto? Cero. Ante estos datos -¿se imaginan la mitad de esas cifras en Bielorrusia?- cabe preguntarse por qué la Unión Europea no hace nada, no impone sanciones económicas, no rompe relaciones, no ofrece 53 millones de euros a la oposición para acabar con el régimen tirano de Bogotá… porque son los perrillos del Imperio. No importa la democracia en realidad, importa el negocio –empresas estadounidenses están esquilmando los recursos naturales colombianos (petróleo, oro, minerales raros…)- y tener una base OTAN –Colombia es país amigo certificado- para controlar el subcontinente. Chile les queda muy lejos y lo tienen para hacer experimentos financieros y sociales, Colombia debe ser la base de operaciones de para controlar Sudamérica y Centroamérica.

Cuando los gobiernos europeos hablen de democracia como modelo a imponer en el mundo –siempre excluyen a los países petrolíferos- habrá que recordarles el caso de Colombia. Los medios españoles, imperialistas como son, esconden lo que allí sucede, pero cuentan todo lo que pasaba en Bolivia (¿cuándo son las elecciones que se prometieron hace un año o hay que esperar a dar los contratos a empresas estadounidenses y europeas para luego hacerlas?) o lo que pasa en Venezuela –ahora menos porque tienen otras cosas con las que hablar contra Podemos-, pero callan los asesinatos casi diarios de activistas en todo el continente. Lo sangrante es que la escena de asesinato en Bogotá no es la excepción sino lo habitual en Colombia. Es terrorismo de Estado contra la población que piensa que su país sí es democrático. ¿Por qué en Colombia no ha sido necesaria una dictadura larga como en el resto de países? Porque llevan años, casi siglos, asesinando desde el poder a los insurgentes, rebeldes y demócratas. Piensen que el partido de izquierdas siempre fue el Partido Liberal (está en la Internacional Socialista), ahora que han llegado socialistas de verdad con otros partidos socialdemócratas lo están asesinando desde dentro. No son los narcos, ni la guerrilla, sino los distintos gobiernos regionales y el estatal los que están detrás de todas esas miles de muertes. ¿Se atreverá alguna vez la Unión Europea a sancionar a Colombia con la misma dureza que a Venezuela, Cuba o Rusia? Desaparecerá antes la UE.

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