El día 23 de junio Javier Alonso, subgobernador del Banco de España, afirmó que sospechaba que el Banco Popular no presentó todas las garantías de las que disponía a la hora de solicitar liquidez de urgencia. En la comparecencia en el Congreso de los Diputados, el Gobernador Luis María Linde intentó justificar esa afirmación porque no sería muy lógico que se no se presentaran todas las garantías o colaterales disponibles cuando se estaba solicitando liquidez.

No obstante, el señor Alonso tenía razón en su afirmación o en su sospecha puesto que Emilio Saracho sólo presentó colaterales por valor de 15.000 millones de euros. Este hecho queda demostrado en el siguiente documento:

En el correo de Miguel Escrig se informa a Emilio Saracho y a Ignacio Sánchez Asiaín de los colaterales que se van a presentar al Banco de España para solicitar una línea de liquidez de urgencia (ELA). Con los datos que presenta Escrig se demuestra la afirmación de Javier Alonso de que no se presentaron todas las garantías que tenían a su disposición para convertir en liquidez. Hay que recordar, además, que el Popular disponía de una línea de hasta 9.500 millones de euros de los que sólo recibió 3.500, una cantidad lógica teniendo en cuenta los colaterales presentados.

Quien haya solicitado un préstamo o una hipoteca es consciente de que uno de los puntos principales a la hora de la concesión es la ratio de endeudamiento, es decir, un porcentaje de los ingresos habituales de la persona que lo solicita. Lo habitual es que esa ratio esté en el 30% total de los ingresos ya que los colaterales que puede presentar una persona es, principalmente, su nómina o el volumen de ingresos. Esos son los colaterales de los que dispone el ciudadano. Con la solicitud de liquidez al Banco de España ocurre exactamente lo mismo y las garantías presentadas por Saracho no permitían conseguir una cantidad más allá de la cantidad que el regulador le concedió a pesar de tener a su disposición 9.500 millones.

El correo que Escrig envía a Saracho el día 4 de junio es una comprobación de cuanto decimos, dado que cifra los activos que van a dar en garantía al Banco de España para pedir liquidez de emergencia en 15.402 millones. Sólo los llamados DTA monetizables, activos fiscales diferidos que fueron calificados por el Luis María Linde en su última comparecencia parlamentaria como Deuda Pública, alcanzaban los 2.000 millones de euros. El resto son activos que, después de su correspondiente análisis por el Banco de España pueden ser convertidos en liquidez, pero ¿dónde estaban el resto de los activos valorados en hasta 40.000 millones que llevó Saracho al Consejo de abril? ¿Dejó que se consumieran sin advertirlo a los consejeros o dejó que la liquidez se pudriese para acelerar su plan?

Hay que recordar que sólo en activos inmobiliarios el Banco Popular disponía de activos por encima de los 30.000 millones de euros, cifra que quedó confirmada tras la operación de venta a BlackStone que hizo el Santander tras aprobársele la operación de adquisición del Popular.

Fuera como fuese el correo y los datos de Escrig demuestran que se trató de una gestión diabólica de la liquidez, nada profesional, que permitió que el Popular acabase en manos del Santander por un euro, sin competencia, sin liquidar, obviamente, pero entregándolo como si lo estuviese. Saracho, como afirmamos hace meses en Diario16, fracasó por cumplir en exceso sus objetivos. El comprador aprovechó el pánico generado por Saracho, que se fio de Uría, despacho de cabecera del Santander, que le dijo que el banco no sería intervenido de inmediato sino vendido tratando de maximizar el precio. Un desastre para tanta negligencia.

Hay que recordar que ese día 4 de junio el FROB ya había iniciado el Proyecto Hipócrates por el que se informó a Bankia, Sabadell, CaixaBank, BBVA y Santander que el Popular iba a ser intervenido y que dos días antes ya se habían recibido las instrucciones por parte de Uría y Menéndez y el plan para el «Día R». Si la decisión ya se había adoptado, ¿qué importaban los colaterales que se presentaran al Banco de España si el Popular ya estaba sentenciado, algo que Saracho sabía? Al día siguiente se produjeron las fugas masivas de depósitos por parte de los organismos y empresas públicas. No hace falta añadir mucho más.

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