Ximo Puig debía estar preparando su corbata para no disgustar a la esposa del jefe del Estado y no atendió a lo que sucedía en el Congreso del PSCM-PSOE. Allí, como se reflejó en estas mismas páginas, los socialistas castellano-manchegos dijeron bien alto a quien quisiese escucharles que se había acabado el agua del Tajo. Que no estaban dispuestos a dar ni un milímetro cúbico a nadie más y que tanto Murcia como la Comunitat debían buscar sus propios recursos.

Las cuencas castellanas están al borde del 0 y ya no quieren dar agua a nadie porque les causa problemas a sus propios habitantes, y porque les genera problemas ecológicos. Les parece muy bien que todos los presidentes hablen de ecología y lo sostenible en sus regiones, pero bien que quieren seguir secando Castilla La Mancha.

El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha solicitado este martes una reunión con la ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, para plantearle la necesidad de establecer medidas urgentes contra sequía en la Comunitat Valenciana y, en especial, para combatir la situación «terrible» de sequía que afecta a comarcas alicantinas como la de la Vega Baja. Sin embargo, la consulta a su compañero de partido parece que no ha llegado a tiempo, o la contestación recibida debe ser que no le ha gustado.

Emiliano García Page va a hacer de la defensa del Tajo algo personal. Evidentemente su responsabilidad como máximo dignatario manchego le impulsa a ello, pero no sólo eso, quiere recuperar la dignidad que desde el Gobierno del Partido Popular y desde otras Comunidades Autónomas parecen querer quitarle a Castilla La Mancha. “Sentimientos tenemos todos” afirmó respecto a la financiación nueva y, desde luego, no va a permitir que se siga sangrando al Tajo, como viene haciendo la ministra de Agricultura, para que otros no utilicen sus plantas desalinizadoras. Que el precio del hectómetro cúbico es mayor, no es problema de la ciudadanía manchega.

Ximo Puig, por su parte, además de pedir agua del Tajo para sus regantes de Alicante, ha pedido que el ministerio ponga en marcha el tope de las plantas que no están funcionando al máximo para cubrir esas necesidades. “La sequía es una desgracia añadida que puede generar problemas relacionados con el empleo y con la falta de actividad económica, en un momento en el que tenemos una posición importante en el mercado europeo” ha manifestado Puig. Pero, desde Castilla La Mancha, ya por marzo de este mismo año, venían advirtiendo de la necesidad del uso de otras vías de obtención del agua. Nadie les quiso creer y ahora habrá guerra por el agua.

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