Tener más cara que espalda puede ser un arma a utilizar en política, especialmente si se quiere ascender en el proceloso mundo de los aparatos de partido. Pero utilizar esa jeta para saltarse el compromiso democrático resulta cuanto menos una ignominia, además de destilar aromas totalitarios. Con un gobierno en horas bajas y sin capacidad alguna de respuesta, la táctica es no hacer nada o no contestar nada, aunque eso suponga no respetar los procedimientos parlamentarios y la soberanía popular, como en el caso que nos acontece. El senador de Unidos Podemos, Josetxo Arrieta, tal y como contábamos la semana pasada, iba a preguntar al Gobierno por las partidas de las que iban a detraer el dinero para pagar en aumento del gasto en Defensa de 10.000 millones.

Y con las ganas se va a quedar porque la ministra de Defensa, María Dolores Cospedal, ha dicho que no le contesta. Que no quiere decirle nada al senador de Podemos. Que ella es muy suya y si viene haciendo lo que le da la gana, tanto para destruir lo público en Castilla La Mancha, como en el gobierno o con los ex-tesoreros del PP, contra Podemos no va a ser menos. Vamos que eso de la democracia es para los demás no para ella. Que elevar, por mandato de la OTAN y Donald Trump, el gasto en defensa hasta llegar al 1,53% del PIB se hace y no tiene por qué dar explicaciones a los populistas. O algo así habrá pensado, mientras meditaba si sigue haciéndole la cama dentro del partido a Soraya o si van a acabar pillando los tejemanejes de su marido en los diversos casos de corrupción. Lo cual, todo ello, quita mucho tiempo y materia gris.

La indignación en Podemos, como es evidente, y del senador Arrieta ha llegado al culmen. “El Gobierno no ha tenido a bien contestar la pregunta” ha comenzado declarando el senador. Pero según avanzaba las palabras se hacían más gruesas: “A nuestro grupo parlamentario le parece brutal que cuando aún se deben 20.000 millones de euros se incremente el presupuesto a 10.000 millones más”. Junto con el sometimiento a los dictados de los mandamases del Imperio, en el sentido de Negri y Hardt.

“Y, además, en un contexto en que un ejército de jubilados y pensionistas llenan las calles de nuestras ciudades diciendo alto y claro que el incremento del 0,25 es una mierda” ha dejado claro Arrieta, quien ha querido recordar que “ellas y ellos son los que se han pasado trabajando toda la vida para levantar este país. De su trabajo y compromiso social llegó el Estado de bienestar que, desde hace varios años, el gobierno del PP está desmantelando”. Todo ello bajo una permanente contradicción: “¿Por qué se puede aumentar el presupuesto militar y no revalorizar las pensiones? ¿Hay dinero para el Ejército y no la quinta parte para revalorizar las pensiones? Exigimos un reconocimiento firme a los jubilados y a los pensionistas, la dignidad y el respeto”.

Dentro de ese contexto de gasto militar impuesto por los poderes fácticos del exterior, Josetxo Arrieta ha querido dejar claro que desde la formación morada, “hablamos de hacer una reforma integral que grave a los capitales para el pago de pensiones y servicios públicos. Hablamos también de redistribución de  la riqueza porque el sistema de reparto debería ser la base de un sistema de pensiones público. Hablamos también de lo que indica, una vez más, la Constitución. En este caso en su artículo 128.1 recoge el principio de solidaridad y que se vuelva a subordinarla riqueza al interés general”. No puede ser que haya dinero para armas y no para las personas.

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