Lo han publicado en algún otro medio como si fuese novedoso, como si la persona que lo ha dicho estuviese medio loca, como si su teoría no fuese más que producto del miedo que podría atenazar a los socialistas españoles, pero en estas mismas páginas llevamos meses, y no uno o dos, denunciando la campaña que ha montado el establishment en favor de Ciudadanos, gracias a los medios de comunicación que controlan. De ahí que las palabras de José Félix Tezanos afirmando que esa campaña existe, para nosotros no son sorprendentes, es más hasta nos suenan a poco novedosas. Está claro que el sociólogo socialista no lee Diario 16 Mediterráneo, porque de hacerlo sabría que esa campaña lleva tiempo funcionando. Vamos que no ha descubierto la pólvora.

También descubrimos hace tiempo que ese establishment se ha posicionado contra el PSOE de forma clara y contundente, pero al contrario de lo que piensa y aduce Tezanos, no se debe a que el socialismo español esté creciendo en las encuestas, que no ocurre. Ni se manipulan pertinazmente los sondeos para hacer crecer a la formación naranja (aunque Grupo Prisa tenga una gran deuda, ya habrá alguien que pague los 100.000 euros de la encuesta) y denostar al PSOE, aunque siempre se alude en los titulares a los buenos datos de la muchachada de Rivera. En fondo del asunto va mucho más allá de lo que plantea Tezanos. Si nos hubiese leído alguna vez tendría una perspectiva más amplia de la estrategia de los poderes de la coalición dominante respecto al PSOE.

En primer lugar, le niegan capacidad de cambio al PSOE, esto es, niegan desde los medios de comunicación que pueda ser alternativa real al PP. En segundo lugar, se niega capacidad política en general al partido del doctor Tezanos. O lo que es lo mismo, todas sus propuestas son criticadas por expertos de “izquierdas y derechas” para devaluarlas ante la ciudadanía. Y, en tercer lugar, y factor más importante, hacer del PSOE la muleta de Ciudadanos. Quieren a Sánchez como vicepresidente de un gobierno dominado por Rivera. Queda bien tener a alguien como el secretario general apoyando a la derecha naranja. Esa misma que tiene un tufillo fascistoide que echa de espaldas. Quieren tener la legitimidad de un partido “de lo viejo” que sirva a los intereses del Capital, del establishment, bajo un gobierno naranja. Son el soberano, lo del pueblo no deja de ser una representación, y quieren al PSOE liberal, algo que muchos y muchas dentro del propio partido aceptan (y no sólo en el susanismo). Y sobre esto hace mucho que hablamos en estas páginas y si Tezanos las leyese lo habría sabido hace tiempo.

La Escuela de Buen Gobierno, sin novedad en el frente.

Decíamos hace unos días que parece que un gafe le ha mirado a Pedro Sánchez porque la que se está montando en España (movilizaciones diversas) tapa su Escuela de Buen Gobierno. Pero la misma avanza entre los sentimientos autosatisfactorios de los asistentes y el abandono real del resto de la sociedad. Vamos que está pasando sin pena, ni gloria. Sólo ha servido para que Javier Solana soltara un zasca, para que se hablase más sobre las personas que no han acudido y poco más. Hasta el cansino de Ramón Jáuregui ha decidido, por fin, dejar la política (igual es que la política le ha dejado a él después de tantos años), y ha tenido más repercusión mediática que lo expuesto en la Nave de Boetticher. Pero ha habido alguna charla interesante.

La propuesta de Ajedrez y Política que han presentado Ibán García y Rafael Leal Salazar ha sido sumamente curiosa porque el desarrollo ajedrecístico sirve para algunas contiendas políticas, no todas, pero sí es cierto que “existe un paralelismo y referencias constantes entre la estrategia del ajedrez y la estrategia política”. La pena es que no hayan dado jaque mate al rey. El resto mucho recurso a lugares comunes y falta real de debate. Cada cual a contar “su libro” o su conocimiento específico pero sin profundizar en tema alguno. Por ejemplo, la intervención de Ángel Gabilondo. Se ha referido a la socialdemocracia como insertar el socialismo en el corazón mismo de la democracia. Pero ¿qué es socialismo? En ningún momento ha hablado de capitalismo como elemento de dominación mediante las relaciones sociales o las relaciones de producción, que deberían ser transformadas para poder lograr una sociedad mejor. Hay que luchar contra la desigualdad y la inequidad y con eso se cumple el trámite. Mucho más interesantes han sido las aportaciones, breves por desgracia, de Manuel Cruz. Eso sí, lo del liderazgo del título ni se ha visto.

Curioso ha sido también escuchar a Luc André Diouf hablar de respeto cuando ha sido condenado a un año de cárcel (que no tuvo que cumplir) por agresiones y mamporros a otro ciudadano. Aunque quien ha aportado puntos principales ha sido Joaquín Almunia en el taller Nuevo Contrato Social. Así, el ex-secretario general del PSOE ha declarado que los retos de la socialdemocracia son. 1. Corregir los excesos de la globalización; 2. Corregir las consecuencias de los cambios tecnológicos; 3. Completar la construcción económica y monetaria de la zona euro; 4. Renovar las políticas del Estado de bienestar; y 5. Profundizar la democracia. Todo muy bien dicho, aunque aún están esperando los oyentes las respuestas a esos retos. Porque bien visto parece más bien una propuesta de Ciudadanos que del PSOE. En ningún momento habla del dilema verdadero al que se enfrenta la Unión Europea que es la soberanía popular europea o quitarse de encima los intereses del capitalismo y de Alemania como potencia hegemónica.

Interesante es lo que han dejado dicho en el taller Elecciones y emociones. En realidad han dejado no dicho. Han hablado de las emociones que se mueven en la política y las formas en que son utilizadas. Algo simple con sólo mirar a lo acontecido en los últimos días con los asesinatos. Es sencillo provocar tristeza, agresividad y demás, pero ninguno de los ponentes ha explicado por qué hay ciertos comportamientos que, siendo emotivos, y a veces incomprensibles, movilizan más que otros. Porque generar comportamiento de masa puede ser relativamente sencillo, pero movilizar realmente supone generar una emotividad que no han dicho en el taller (y tampoco la vamos descifrar aquí). Se han quedado en lo meramente electoral, lo que sirve de poco a la militancia socialista en sí.

Por desgracia los que más podían aportar por estar gobernando, los barones socialistas que han acudido al cónclave, han tenido poco tiempo para expresar con profundidad y claridad lo que supone gobernar para un socialista. Poco más que hablar de cosas conocidas por la militancia socialista pero sin poder aprender de la experiencia real de gobierno.

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